Al nombrar en casa la crianza en positivo, muchos familiares y amigos nos preguntaban qué era, porque normalmente los padres pensamos que todo lo que hacemos es positivo y beneficioso para nuestros hijos.

La clave es el amor hacía ellos, pero, ¿qué padres no sienten amor hacia sus hijos?

Esto va más allá, en la manera que tenemos de hablarles, en la mirada que ponemos a la infancia, en cambiar lo tradicional o las costumbres de nuestra niñez, en ampliar la mirada y en intentar cambiar nuestra forma de educar.

En ocasiones, queremos que nuestros hijos sean de cierta manera cuando llegan a la preadolescencia o adolescencia, pero, ¿les has enseñado o dejado ser así en la primera infancia?

La primera infancia es la etapa más importante, es donde construyen su carácter y personalidad, de ahí que debamos partir de ahí para trabajar con ellos y con nosotros mismos, como adultos.

Llevo a cabo la crianza positiva porque considero que está basada en la lógica y es sentido común, pero predomina las costumbres o frases que a todos nos han dicho como “se va a mal acostumbrar”, “se te va a subir a la chepa”…

Al estar en las aulas y poder trabajar con niños de diferentes edades, siempre me preguntaba lo mismo y no entendía por qué en el momento actual había tantos problemas con los adolescentes o niños, como bullying; aunque suene fuerte y lo veamos lejos de nosotros, está más presentes de lo que nos pensamos.

Siempre me preguntaba de dónde venía ese odio, ese rencor hacia semejantes o hacia adultos o hacia sus propios padres.

Investigando y leyendo, di con este tipo de crianza, al principio pensé lo mismo, pero seguí investigando por si estaba equivocada y así fue.

Hasta el punto de que no concibo otro modo de educar a mi hija y creo que para que mi hija me respete y tenga confianza en mí, primero debo mostrarle qué es el respeto y qué es la confianza.

¿En qué consiste la crianza en positivo?

En primer lugar, criar en positivo es educar y criar niños felices, desde el respeto y el amor hacia ellos. A veces, se confunden con que los niños no tienen límites o hacen lo que les da la gana.

Muchos padres piensan que crían en positivo, pero luego al ver el día a día y la manera de dirigirse al niño, vemos que no es en positivo exactamente.

Por supuesto, hay que realizar un cambio, en primer lugar, en los adultos, cambiaremos nuestra forma de expresarnos, a veces somos muy negativos y tremendistas.

Al igual que la mirada hacía ellos debe cambiar, son igual que nosotros, ni más ni menos, para ello debemos tratarles como nos gustarían que nos trataran a nosotros, incluso yo voy más allá, siempre digo que debemos tratar a nuestros hijos como nos gustaría que los trataran otros.

Poner en práctica la crianza en positivo es fácil y se puede realizar desde hoy mismo.

Durante los primeros días, nos pararemos a pensar más a menudo nuestra frases, palabras y hechos, pero es como todo, en un par de días habremos interiorizado.

Las claves son amor y cariño.

Buena comunicación, donde dialoguemos con los niños, reflexionemos con ellos y les expliquemos todo, aunque sean pequeños y no pensamos que no nos entienden. Nos escuchan y recordad que nuestra mayor baza con ellos es la comunicación no verbal, aprenden más de lo que te ven hacer, que de lo que les dices, eres su ejemplo y modelo.

Siempre mediante un buen tono, sin gritos, sin ironía.

Partiendo del respeto y desde la amabilidad.

Recordando continuamente que la violencia crea más violencia, aunque sea una nalgada, un azote… solo vas a hacer que el niño se sienta peor consigo mismo y cuando pueda hará lo mismo con otro niño o con otro adulto o contigo mismo.

Beneficios para los niños y adultos

Los beneficios de este tipo de crianza, como hemos dicho anteriormente, es educar desde el respeto y la amabilidad, con límites (cada familia los que considera necesarios para su vivencia a diario), de este modo tendremos niños y en un futuro adultos, empáticos, respetuosos, comunicativos, autónomos, felices, con capacidad de decisión, elección y adaptación a diferentes situaciones…

Su autoestima será alta, algo importante no solo en este momento de su vida, sino un adulto con alta autoestima tendrá mayores metas y objetivos, será extrovertido.

La mayoría de los niños tienen una alta autoestima, pero con el paso de los años se la vamos anulando los adultos que los rodean.

Los niños crecen con confianza hacia nosotros, no con miedo, pensando en castigos y amenazas. Aprendiendo de los errores que se comenten.

Lo más importante es que los niños se sientan bien con ellos mismos y con los demás, así como con sus padres siempre, cometan errores o no.

Estrategias y herramientas sencillas para aplicar la crianza en positivo

Considero estas estrategias y herramientas las más sencillas, las que podemos aplicar desde ya mismo e ir viendo cómo nuestra percepción cambia, al igual que cambia la de nuestros hijos.

Calma y paciencia siempre son bienvenidas en un momento de cambio hacia comportamientos que no acostumbramos a hacer.

  • Conocimiento del niño perfectamente, conocemos sus características, intereses, peculiaridades, horarios…
  • Conocer sus emociones y controlarlas, esto es complicado, cuando nosotros mismos, los propios padres, a veces perdemos los papeles y no controlamos nuestro nivel de rabia, cansancio, nervios, estrés…
  • Ponerse a su altura, a la altura de sus ojos, donde nos vean bien, para explicar y comunicar lo que tengamos que decirle. Relación horizontal siempre.
  • Poner límites importantes para la familia y por supuesto, la seguridad, ante todo.
  • Negociaciones, la crianza en positivo como he dicho, es reflexión y comunicación entre padres e hijos, por lo que las negociaciones serán nuestras grandes aliadas, se pueden llevar a cabo desde los tres años más o menos.
  • Reuniones familiares, a partir de los cuatro años, es una estrategia o herramienta genial para toda la familia, ya que no solo hablamos del comportamiento de los niños, sino también de los adultos, es el momento de ver lo correcto, incorrecto, modificar conductas que no nos gustan y negociar entre todos, aportando soluciones a los problemas que surgen en la convivencia.
  • Tiempo fuera positivo, para cualquier miembro de la familia, un momento para uno mismo, cuando nos toca conectar con nosotros mismos, estamos muy enfadados y es mejor no hablar, nos tomamos un momento solos y cuando seamos capaces de dialogar, retomamos la conversación (si nos ven hacerlo, ellos comenzarán a hacerlo también).
  • Aprender a respirar y a calmarnos antes de hacer daño a otro.

Ser padre no es fácil y los niños no vienen con ningún manual de instrucciones, pero debemos hacer lo que esté en nuestra mano para educarlos, criarlos y prepararlos para unas condiciones que en estos momentos no conocemos, de ahí que les demos las herramientas, habilidades y capacidades para ser autónomos y sobre todo con grandes capacidades de adaptación a diversas situaciones.

No busques la perfección, solo busca mejorar cada día.

Almudena Palacios

Fundadora de Viviendo Montessori

Almudena es maestra de primaria, antropóloga y educadora de familias en disciplina positiva por la Positive Discipline Association. Está especializada en el Método Montessori. A través de su blog, Viviendo Montessori, asesora y ayuda a familias que quieren criar a sus hijos en el respeto y el amor, y lo hace desde la experiencia personal y diaria de la educación de su pequeña.