La Revolución 4.0 está cambiando la forma de entender y emprender en el mundo actual. Los datos y la tecnología son la base de la sociedad de la información en la que nos movemos y las startups se han convertido en el modelo de negocio tecnológico a seguir. Una realidad que no escapa a las instituciones de cada país, que saben que atraer a este tipo de empresas beneficia exponencialmente a su economía e imagen.
El objetivo está claro: cuantas más startups tenga un país, más crecerá su economía. Por eso, se intenta llamar la atención de las empresas emergentes con atractivas medidas económicas y reducciones de impuestos. Estas fórmulas económicas deben ser tenidas en cuenta por los emprendedores ya que, si bien, España es un buen lugar para emprender, otros países ofrecen mayores ventajas comparativas a tener en cuenta a la hora de querer prosperar o adquirir un mayor volumen de negocio. Además, en muchas ocasiones, no es necesario trasladar la empresa por completo a este lugar; basta con crear una sociedad holding o una filial para obtener las prestaciones que estos países ofrecen.
Una de las naciones que ofrecen un mercado donde asentarse y crecer es Brasil, por ser uno de los países con mayor potencial de desarrollo. Su coyuntura no es buena, pero sus fundamentos siguen estando ahí: un gran mercado, mucha población, gran acceso a materias primas, desarrollo de capital y humano aceptable y una inercia fuerte. Además, Brasil cuenta con parques tecnológicos. Éstos, aparte del espacio a precios muy ventajosos, funcionan realmente bien en cuanto a la captación de tecnología y, especialmente, a su promoción en el sector público, ya que aseguran la comercialización de productos y ayudas a fondo perdido a proyectos en áreas estratégicas como son las tecnológicas.
No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de un país afectado por la crisis, con una divisa débil, por lo que a la hora de asentarse en la región, requisito fundamental para poder acceder a las ayudas, es conveniente analizar todos los aspectos del negocio. En este sentido, también habría que tener en cuenta que Brasil forma parte de los BRICS, grupo de países en los que se incluyen además Rusia, India, China y Sudáfrica, y que constituyen el grupo de Estados más adelantados entre las economías emergentes, con buenas expectativas de crecimiento.
Por otro lado, uno de los países más cercano a nuestras fronteras que brinda buenas subvenciones y ayudas públicas es Luxemburgo. Las ayudas a fondo perdido son, básicamente, las mismas que ofrece España en cuanto a su naturaleza con fondos públicos para la incubación, ayudas para la contratación, ayudas europeas, etc. La diferencia principal es el tiempo, el volumen y los requisitos para acceder a ellas. Es decir, se puede acceder a mucho más dinero sin tener que demostrar o aportar tanto como en España. Por ejemplo, tan sólo con presentar una idea, te ofrecen 50.000 euros para que la desarrolles. Además, serán las propias instituciones públicas las que se encargarán de introducir tu empresa y producto en las compañías y multinacionales del sector que están en Luxemburgo, lo que favorece al máximo las ventas y el crecimiento de la startup.
Otro de los factores que convierten un territorio en una opción para que las startups inviertan, son los impuestos. En este caso, Canadá, Panamá, Rusia y los Emiratos Árabes serían las mejores opciones. Todos estos países tienen planes de reducciones fiscales, especialmente si la empresa se instala en determinadas zonas que eximen en la mayoría de los casos del impuesto de sociedades durante varios años, o subvencionan las cotizaciones sociales de todos los empleados, además de financiar la I+D de la startup.
No obstante, hemos de reconocer que España es un buen lugar para emprender, ya que cuenta con numerosas subvenciones y ayudas, pero para un crecimiento mayor, hay algunos países que ofrecen ventajas comparativas. Desde Ad&Law siempre valoramos las ventajas que tiene para una empresa trasladarse a otro lugar desde un punto de vista práctico, con reducción de impuestos, más ayudas, facilidades organizativas, tiempo de creación,… pero los emprendedores también deben valorar cómo se encuentra cada país con respecto a su progreso tecnológico, ya que el entorno es fundamental para crecer como empresa y mejorar el producto.
Ana Belén Spínola Pérez
socia de Ad&Law
