Que en 2018 tengamos que estar aquí para intentar justificar la igualdad de las mujeres es bastante lamentable”. No puedo estar más de acuerdo con estas palabras de Aldo Olcese, presidente de la Fundación Independiente, durante la presentación, el pasado 25 de enero, del libro la I Jornada Nacional de la Mujer, que coorganizamos en mayo de 2016.

En estos casi dos años transcurridos desde la jornada y la publicación del libro, poco o nada ha cambiado en cuestiones tan importantes como la corresponsabilidad, la igualdad de oportunidades o el presentismo laboral, de manera que las conclusiones y las propuestas que se recogen en esta publicación resultan plenamente actuales.

¿Cuáles deben ser los ejes de actuación? Empecemos por la Educación, una de nuestras grandes asignaturas pendientes y cimiento fundamental de cualquier sociedad. Es necesario educar a niñas y niños libres de estereotipos sexistas  para que se conviertan en mujeres y hombres con igualdad de oportunidades. Resulta también fundamental dotar a las mujeres de habilidades y competencias específicas para dirigir equipos, diseñar su plan de carrera profesional o potenciar el networking. Necesitamos más mujeres líderes que potencien el inmenso capital humano femenino de nuestra sociedad.

Pero, para eso será indispensable avanzar en la corresponsabilidad. Somos mujeres, y aunque muchos quieran hacernos creer que tenemos súper poderes, lo cierto es que cumplir con nuestra jornada laboral para después cuidar de nuestros familiares y ocuparnos de las tareas domésticas nos aleja de nuestras aspiraciones profesionales.

Se recogen en la publicación varias propuestas para cambiar esta situación: revisión de la Ley de Dependencia, ampliación progresiva de la baja por paternidad, reforma de los horarios laborales, flexibilización de las jornadas y medidas de protección a la familia.

Otro capítulo importante es el del emprendimiento y el empleo. Moderé la mesa titulada ‘El siglo XXI, el siglo del emprendimiento femenino. Nuevos escenarios: flexibilidad laboral y el impulso del liderazgo femenino’, y sus conclusiones han quedado recogidas en este libro.

De algunas ya hemos hablado, como de la corresponsabilidad y los horarios. Otra fundamental es la necesidad de transformar el ámbito profesional para fomentar el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad, cambiando la organización del trabajo y los procesos de dirección y promoviendo la presencia de mujeres en carreras técnicas.

Por último, pero no menos importante, hicimos un llamamiento a los medios de comunicación y redes sociales para que coloquen el foco de atención sobre la mujer, más allá de estereotipos sexistas. Las mujeres tenemos mucho que contar en muchos campos distintos. Es habitual ver en televisión cómo se centra la atención del espectador en el aspecto físico, el atuendo o las claves de belleza de una mujer, mientras a los hombres se les pregunta por su actividad y su desarrollo profesional. “Es preciso educar en igualdad desde la televisión” que debe presentar a las mujeres “como líderes y no como muñecas”.

Primer paso: ser conscientes. Segundo paso: actuar. Todos coincidimos en la necesidad de abandonar la eterna dinámica de los informes que día tras día revelan lo que ya sabemos. Está comprobado que las barreras y las brechas existen así es que es el momento de dar un salto hacia adelante.

Vivimos en el Día de la Marmota, atrapadas en el tiempo, como el protagonista de la famosa comedia estadounidense. Nos levantamos y ya sabemos que vamos a leer un informe en el que se constate que las mujeres trabajamos más, cobramos menos y estamos relegadas a puestos secundarios. Y así día tras día.

También sabemos ya lo que hay que hacer. Solo nos falta ponernos manos a la obra y remover un mundo en el que ocupar el lugar que nos corresponde. Y hay que hacerlo ya, no podemos esperar 100 o 217 años.

Ana Bujaldón Solana

Presidenta de FEDEPE

CEO de Azul Comunicación