Para alguien que día a día pelea porque la sociedad reconozca el papel de la mujer, especialmente de la mujer autónoma, con sus peculiaridades, sus problemas y su propia idiosincrasia, los datos de mujer autónoma del pasado ejercicio son verdaderamente positivos y por fin nos han permitido titular con algo que llevábamos mucho tiempo ansiando: la igualdad llega al emprendimiento. Y esto es así porque, a pesar de que las mujeres aún somos el 35,3% del total del colectivo, durante 2016 supusimos una de cada dos altas de nuevos emprendedores, pudiendo decir que no sólo hemos recuperado el número de mujeres al frente de su propia actividad antes de la crisis, sino que, a día de hoy, somos más.Ana Cabrero

En comparativa con nuestro entorno europeo, según Eurostat, las españolas han logrado colocarse a la misma altura que las alemanas e inglesas y por encima de francesas, italianas o belgas. Y es que, si hay algo que nadie pone en duda, es que las mujeres nos hemos convertido en las protagonistas reales de la recuperación de nuestra economía y de la generación de empleo en nuestro país: los negocios liderados por mujeres se mantienen más en el tiempo y han conseguido superar los niveles previos a la crisis. Sin embargo, y analizando las cifras del informe realizado por ATA, nos damos cuenta de cómo aún hay 237.661 autónomos varones menos que en mayo de 2008, fecha del inicio de la crisis.
Si bajamos un escalón y nos preguntamos en qué sectores de actividad se concentran las mujeres, la respuesta es claramente en el sector servicios. Y del sector servicios, las mujeres se decantan preferiblemente por el comercio y la hostelería, siendo éstos dos de los sectores más importantes de nuestra economía, tanto en la creación de empleo como en la generación de riqueza. Pero no podemos quedarnos solamente aquí. Hay colectivos que, aunque no sean los tradicionales de autónomos, están creciendo empujados en cierta manera por las mujeres, donde han registrado un repunte a lo largo del año, como por ejemplo en las actividades científicas, profesionales y técnicas, en educación o en servicios sanitarios.

Pero no hay que olvidar la realidad. Y es que si he empezado el artículo alabando el papel de las emprendedoras, y de que si hay un sector en el está llegando la igualdad ese precisamente es en el de las autónomas, que son las que empujan del crecimiento de este colectivo en la Seguridad Social, la mujer sigue teniendo complicado el acceso al mercado de trabajo, con tasas de actividad y empleo por debajo de las masculinas. Por ello, y si tenemos en cuenta que las mujeres son las responsables del 48,5% del crecimiento de autónomos en 2016, es necesario que se priorice en políticas específicas que apoyen el emprendimiento y la consolidación del autoempleo femenino.

La realidad nos muestra cómo el autoempleo es una salida digna y real para la mujer en España, sin distinción de edad ni nacionalidad, ya que le permite conjugar mejor que cualquier trabajo por cuenta ajena la conciliación personal y laboral y la reducción de la brecha salarial. Es más, el autoempleo canaliza perfectamente el talento femenino que tanto necesita la economía española para culminar la salida de esta crisis que tantos negocios se ha llevado por delante.

Con todo ello, el trabajo autónomo se muestra así como una salida laboral cada vez más importante, donde las mujeres van a poder desarrollarse profesionalmente, con autonomía, independencia y amplias posibilidades que, sin duda, contribuirán a un mercado laboral más rico y diverso por lo que apoyar el emprendimiento femenino y a la mujer autónoma es apoyar el crecimiento económico y, con ello, el desarrollo de toda la sociedad.

Ana Cabrero

Responsable del área de la Mujer

ATA – Federación Nacional de Trabajadores Autónomos