La sintonía de un programa, la voz de un locutor, una llamada para pedir una canción… ¿quién no atesora en su memoria uno de estos recuerdos de radio? ‘El alma de la radio’ (Umbriel) recoge los míos, algunos que me contaron y otros que imaginé, y los teje con las vidas de un grupo de personajes para crear un pequeño homenaje a este medio de comunicación pero, sobre todo, a las personas que lo hicieron posible. Porque, como dice un escritor inglés, “cuando enciendes el transistor, es asombroso todo lo que puedes ver con tus oídos”.

Antes de que existieran Internet y las redes sociales, la inmediatez nos la traían las ondas. A través deA┬ªu╠êngles Don┬ªa╠éate_2 (1) copia la radio, se abrían ventanas al mundo. Los oyentes se asomaban a ellas gracias a los profesionales, que conseguían colarse en sus casas y en sus vidas. ¡No podemos olvidarlos ahora que acceder a la información es mucho más fácil!

Esta historia nace, como sucede con muchas de las buenas, una tarde cualquiera, con un té en la mano y en medio de una cariñosa conversación con mi amigo Francesc Miralles, también escritor. “¿Recuerdas el Consultorio de la Señorita Francis?” me preguntó. “Mi madre siempre me hablaba de él” respondí. Por si alguien se ha olvidado, este programa fue uno de los decanos de nuestra radio: pasó por varias emisoras, contó con diferentes presentadoras y se emitió durante décadas patrocinado por una marca de productos de belleza. Daba consejos de belleza pero también de buen comportamiento, de amor… Al estudio llegaban decenas de cartas cada día. Un equipo las seleccionaba, las contestaba y en algún caso, leía las respuestas por la radio.

A partir de ahí, en cosa de media hora, los dos nos entusiasmamos con la idea de rescatar del olvido aquellos consultorios vitales que alimentaron las almas e imaginación de muchas mujeres y, por qué negarlo, hombres, de un país que sobrevivía a años grises y dolorosos. Inventé a la señorita Leo, el personaje tras el que se esconde Aurora, una locutora con sus propios fantasmas que se sienta cada día frente al micrófono para leer y responder las cartas que han llegado a su programa. Amor, desamor, dolor, soledad, sueños y deseos de tinta que, a través de su voz, invaden muchos hogares a la hora de la cena. Gracias a esas cartas, los lectores de la novela conocerán la vida solitaria de Germán, un viajante de productos de lencería; el terrible secreto que esconde Elisa, una estudiante, o a Sole, una madre de familia víctima de violencia de género. Esta es una novela coral. Tras ellos llega todo un universo de personajes: sus hijos, novios, hermanos, vecinos… Y, por unos instantes, todos juntos pasearán por la Barcelona de los 70, sus calles, locales, mercados… Una Barcelona que no reconocerán. ¿O quizás sí?

‘El alma de la radio’ es una pequeña y brillante gota de ámbar cristalizada que retiene un pedacito de vida que a muchos lectores les resultará familiar. O lo vivieron o se lo contaron. Es una suma de microhistorias de gente NORMALÍSIMAMENTE INCREÍBLE viviendo un momento especial, tomando decisiones, llorando sus errores y acariciando sus aciertos. Esta novela no va de grandes héroes ni momentos históricos, sino de todos nosotros, de nuestras vidas, de las segundas oportunidades y del resplandor de las estrellas lejanas en las noches más oscuras.

Ojalá los lectores se queden atentos al consultorio de la Señorita Leo, prendidos de la voz de Aurora, sin atreverse a cambiar de dial porque quieren tanto como yo a estos personajes.

Ángeles Doñate

Escritora y Periodista