Periodista vocacional, Beatriz de Andrés es la CEO y fundadora de Art Marketing. Miembro fundador de la Asociación Federal Española para el Fomento de la Economía del Bien Común, vicepresidenta de la Asociación Española de Mujeres empresarias de Madrid (ASEME) desde 2015, vocal de la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM) y miembro de la Comisión de Ética empresarial, fue galardonada en 2007 con el Premio Directiva Plus de España en la categoría Pyme y como empresaria ha sido reconocida en diversas ocasiones por los Planes de Igualdad, Conciliación Vida Laboral y Familiar, Innovación y Desarrollo llevados a cabo por Art Marketing.

Art Marketing nació en 1999, ¿podría hablarnos de la agencia?

27022017_Bea_Agencia_ofi
Es un privilegio poder trabajar aquí. Por el equipo de personas, por los clientes con los que trabajamos, por las oportunidades que hemos tenido y vamos creando… No dejamos de aprender cada día, y, modestamente, creo que contribuimos a normalizar un modelo de negocio basado en la ética y los valores de respeto, solidaridad y sostenibilidad.

Contamos las buenas noticias de las organizaciones para conseguir que llegue el mensaje a sus públicos. Trabajamos con los periodistas como compañeros, siendo un enlace entre los medios de comunicación y las empresas. El valor lo aportan las personas. Tenemos un equipo comprometido y responsable. Tengo la suerte de estar rodeada de buena gente en lo profesional y en lo humano.

Art Marketing, “La Agencia de las Buenas Noticias”. ¿Podría concretarnos más esta idea?

Como decía, nuestra misión es contar buenas noticias. Organizaciones que crecen, innovan, comparten sus experiencias y sus conocimientos… También porque queremos dar buenas noticias a nuestros clientes. En un ámbito más íntimo, queremos trabajar con las buenas vibraciones y la energía positiva que dan las buenas noticias. Nuestro trabajo es ofrecer la información objetiva y justa para que se puedan tomar decisiones de compra responsable y consciente. De hecho, Art Marketing existe porque creemos que todas las empresas tienen derecho a tener voz en los medios de comunicación, como parte imprescindible de nuestra sociedad. Nos gustaría ser reconocida como empresa gestionada con valores éticos y crear riqueza de forma honesta en nuestro entorno, tanto entre nuestro equipo, como para nuestros clientes y proveedores, sustentando nuestra gestión en el modelo EBC (www.economia-del-bien-comun.org).

¿Qué caracteriza al equipo de Art Marketing?

En esencia: el buen rollo, la alegría, y el compromiso con grandes valores. Además, nos une que nos apasiona lo que hacemos y que lo hacemos bien. Somos profesionales, nos mantenemos en permanente actualización y nos gusta ofrecer estrategias creativas, flexibles, ambiciosas y eficaces. Pero, sobre todo, como decía antes: somos buena gente. Personas en las que se puede confiar, que tenemos experiencia y a las que nos gusta hacer bien el trabajo y donde se respira alegría. Yo disfruto trabajando cada día aquí, con mis compañeras, con los clientes y partners. Y creo que eso se transmite hacia fuera.

Art Marketing es una empresa gestionada con valores de Economía del Bien Común. ¿Podría concretarnos esta idea?

La Economía del Bien Común (EBC) es una forma de sistema de mercado, en el cual se busca que los objetivos lucrativos de las empresas privadas se empleen para la cooperación y contribución al Bien Común. En la economía real actual se mide el éxito económico con valores o indicadores monetarios como el producto interior bruto y los beneficios que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que vivimos. Estos indicadores no nos dicen nada sobre si hay guerra, se vive en una dictadura, si sobreexplotamos el medio, si se respetan los derechos humanos, etc. De la misma manera que una empresa tenga beneficios no nos indica nada sobre las condiciones de sus trabajadores ni sobre lo que produce ni cómo lo produce.

El Balance del Bien Común mide cómo vive una empresa: la dignidad humana, la solidaridad, la Retrato 3-4justicia social, la sostenibilidad ecológica, la democracia con todos sus proveedores y clientes. La EBC se basa el valores tales comola ética, la transparencia, la solidaridad, la sostenibilidad o la felicidad. Art Marketing es la primera agencia de comunicación en tener realizada la tercera semilla del Balance del Bien Común (la herramienta de medición para evaluar cuánto se acerca una empresa a estos valores). En la agencia llevamos casi cinco años gestionando las decisiones empresariales basándonos en los principios de la Economía del Bien Común. Esto ha llevado a incorporar -en los procesos y gestión interna-, iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa que pueden ser extrapolables a otras empresas. Trabajamos día a día con la ilusión de llegar a ser un referente de agencia comprometida y responsable con el Bien Común.

En esta línea, Art Marketing lleva a cabo desde 2013 el programa ‘Píldoras del bienestar’. ¿En qué consiste este programa?

En este programa incluimos todas las iniciativas desde las que buscamos mejorar tanto el nivel de vida del equipo humano de la agencia como el de nuestros clientes, proveedores y seguidores. Dentro del mismo se han desarrollado actividades de toda índole. Por ejemplo, talleres de Mindfullness y respiración consciente, cursos de cocina saludable, programas de ejercicio en la oficina (una entrenadora personal que viene una vez por semana a la oficina para guiarnos en tablas de ejercicios especiales para mejorar nuestro estado físico -y de paso también nuestro clima laboral-) o sesiones de reflexología podal… entre otras, pasando por la creación y mantenimiento de un huerto urbano, el compostaje de residuos orgánicos en nuestra oficina o la compra semanal de fruta ecológica para disponer de almuerzos sanos.

Su empresa ha crecido en los últimos meses… ¿Algún secreto que pueda compartir?

Supongo que la perseverancia, y la confianza de los clientes que nos referencian. También a los compañeros de los medios de comunicación con los que colaboramos muy estrechamente y que valoran mucho nuestra forma de trabajar. Las claves son: gastar sólo lo que se tiene, rodearse de buena gente, competir únicamente contra uno mismo, unirse con otras empresas para ser más fuertes, tanto en otros mercados como en otras áreas, respetar a los proveedores y periodistas y aprender con ellos. Y nunca, nunca, nunca, “vender la moto” ni a los clientes ni a las personas que trabajan conmigo. ¡Esto no es sólo una empresa, es parte de mi proyecto de vida!

Además, es miembro de la Comisión de Ética Empresarial. Desde su punto de vista, ¿qué requisitos debe cumplir una empresa para ser ética?

La Economía del Bien Común es un buen referente para poder posicionarte como una empresa ética ya que sus parámetros, análisis y balances se refieren a prácticas basadas en una conciencia del bien común, frente a un objetivo meramente lucrativo. Las decisiones tienen en cuenta de forma horizontal toda la cadena de valor. No se coloca a ninguna persona u organización por debajo ni por encima. La empresa que quiera funcionar éticamente debe valorar a todos los agentes por igual, en términos de derechos y, también, responsabilidades.

En una sola frase sería: “haz por los demás lo que quieres para ti mismo/a”. En aspectos tan comprometidos como el marketing y la gestión comercial -que tradicionalmente se consideran como el baluarte del sistema competitivo y capitalista-, este principio se traduce en ofrecer información útil y lo más objetiva posible de las empresas, los productos y servicios que estamos promocionando para que sus clientes potenciales, puedan tener una decisión de compra informada y responsable.

Un buen empresario / directivo, ¿qué cualidades y característica debe tener?

Fundamental, la ilusión de sacar el proyecto/empresa adelante hasta el final. Son muchas las personas que saben llevar adelantes sus empresas y cada una somos muy diferentes. Por otro lado, ser emprendedor no es lo mismo que ser empresario ni ser directivo. Son tres estadios completamente diferentes para los que se necesitan cualidades distintas. Si tuviera que destacar características para las tres fases serían resiliencia y paciencia. Ser capaz de tener una perspectiva real de las necesidades de los clientes, las tendencias y cambios en el mercado; curiosidad en la nuevas tecnologías, intuición para captar profesionales comprometidos y competentes; y mantener una estrecha relación con tu equipo de trabajo para aunar y mejorar los potenciales.

La verdad es que, en mi caso, no me siento con ninguna cualidad en especial. No tengo una formación empresarial específica (más allá de la transmitida en mi familia ya que soy hija y nieta de empresarios -de distintos sectores- y supongo que eso aporta una impronta). Personalmente, siento que estoy aprendiendo, con el método “ensayo-error”, cada día. Me dejo guiar por mi instinto y tomo decisiones con el corazón. Probablemente, esto me ha llevado a gestionar una empresa no muy “grande” en cuanto a cifras económicas, pero sí enorme en cuanto a felicidad y satisfacciones personales. Hacer de tu empresa un sitio donde te apetezca trabajar ¿qué más puedo pedir? Aunque confieso que es parte del aprendizaje, porque no siempre ha sido así, y también se pasan momentos muy duros.

Además, es vicepresidenta de ASEME desde 2015 y vocal del CEIM. ¿Cómo valora la situación del emprendimiento femenino en la actualidad? ¿Cómo se podría impulsar?

Tanto desde ASEME (Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid) como desde la Mesa de Ética (en la que participo como vocal de CEIM), hay una enorme inquietud porque las mujeres sean más emprendedoras, no sólo como empresarias, sino también dentro de las organizaciones participando en los puestos de alta dirección.

Las barreras que las mujeres tienen que superar son internas, sus propios pensamientos muchas veces boicoteadores de la iniciativa. En general, son barreras psicológicas, familiares y sociales, más que estrictamente laborales.

Otro “miedo” contra el que tenemos que luchar es el tamaño de la organización. En general, las mujeres optamos por modelos de empresa más pequeños. Nos cuesta, por ejemplo, emprender una iniciativa internacional y las mujeres somos mucho más conservadoras a la hora de invertir. No arriesgar nos lleva, en general, a tener empresas solventes y de largo plazo, pero más limitadas en cuanto a estructura o inversiones.

Mi participación en ASEME y CEIM es contribuir a un cambio de paradigma. Por ejemplo, la creación de un protocolo y un paquete de medidas recomendadas al gobierno para  fomentar el emprendimiento femenino, la consolidación de empresas y el crecimiento. Nosotras, como mujeres y empresarias, también tenemos un rol importante para favorecer el empleo femenino de calidad; y lograr la paridad en derechos, pero también en obligaciones. Por ejemplo, pedir la equiparación de las bajas paternales a las maternales por nacimiento de hijo. De esta forma, los hombres se involucrarían más en la vida familiar desde los primeros meses de sus bebés, disfrutarán sin presiones de sus hijos, favoreciendo el vínculo, y los empleadores no discriminarán a las mujeres porque todos, hombres y mujeres, tendrán que repartirse por igual  los días de permiso. Me parece una iniciativa muy interesante porque puede tener un enorme impacto en la sociedad, en la vida familiar, y también en el modelo de desarrollo empresarial, aún incluso asumiendo que con la suma de ambas bajas se podrían ampliar los periodos actuales de permisos, sin que los costes recayeran únicamente en las empresas que emplean a las madres.

Art marketing ha sido reconocida en diversas ocasiones por sus planes de igualdad y conciliación. ¿Qué estrategias llevan a cabo en esta línea?

En la agencia hemos creado un clan. Desde esa visión, la empresa es consciente de su responsabilidad respecto a las familias del equipo. Por ello, vemos imprescindible implantar jornadas flexibles, posibilidad de teletrabajar o realizar jornadas infantiles para que los pequeños conozcan de cerca dónde están sus madres cuando éstas se van de casa. Alguna vez hemos creado, en días que no había clase, una jornada de puertas abiertas con actividades en las que los niños mayores cuidan de los más pequeños y tienen juegos y talleres en la propia oficina. También hay otras medidas como la jornada intensiva coincidiendo con las vacaciones escolares o las tardes libres por cumpleaños (ideal cuando los niños son pequeños).

Tras todos los premios con los que han sido reconocidos en materia de conciliación, ¿cómo valora la situación actual en este sentido? ¿Qué estrategias cree que se deberían de impulsar para alcanzar una conciliación más plena?

Pienso que todos esos premios son inmerecidos porque en muchas ocasiones nos valoran medidas que están en el convenio colectivo y que, por tanto, es triste que te reconozcan por ello, ya que debería ser lo que hicieran todas como un mínimo. Creo que la conciliación plena, hoy por hoy, no depende tanto de las empresas (que por supuesto tienen que poner las herramientas y facilitarlo). El peligro no es la vida pública, sino dentro de los hogares, en los colegios, en la publicidad, en el cine… dejar de cosificar a la mujer podría ser un buen inicio para tratarla como un igual, como un ser humano, más allá del género. Visibilidad de mujeres exitosas para que sirvan de modelo para las futuras generaciones y mucha, mucha educación (y no sólo académica, sino también de “buenas formas”, de aquello que antiguamente se llamaba “urbanidad” y que se ha perdido). Yo esto no lo veo como una lucha de géneros, sino como un trabajo de equipo. No es una batalla, sino una negociación.

¿Próximos proyectos?

Estamos muy ilusionados con el lanzamiento de la primera convocatoria de formación gratuita desde nuestra ‘Escuela de Comunicación de las buenas noticias’ con la que buscamos dar soporte a los profesionales en materia de gestión de su comunicación corporativa. Este primer curso está orientado a la comunicación en situaciones extraordinarias. El siguiente, en abril, se centrará en la redacción de textos corporativos. Y, antes del verano, el taller ofrecerá las claves para que las empresas que hacen RSC, sepan comunicarlo óptimamente. También estamos con un ambicioso trabajo para crear nuestra Memoria de Responsabilidad Social Corporativa (porque hacemos muchas cosas pero no las tenemos sistematizadas) y un proyecto de gestión de la calidad que nos ayude a evaluar y mejorar en lo posible nuestros procesos.

Además, en julio cumplimos 18 años y celebraremos a lo grande esta madurez que mantenemos con un espíritu muy joven.

Finalmente, ¿cuáles han sido las claves y el motor que han mantenido y desarrollado su proyecto empresarial?

La ilusión y un fuerte sentido de la responsabilidad (hacía los clientes pero también con los compañeros). Hemos trabajado como hormiguitas, capeando el temporal de la crisis y aprendiendo e innovando como parte de nuestra rutina de mejora continua. En este sentido, tengo que agradecer a los socios que llevamos más de una década sin tener beneficios, porque siempre se reinvierten para mejorar desde la compra de equipos hasta las infraestructuras o la formación. Sin la osadía de los socios a la hora de invertir, y su paciencia infinita, sin esperar ningún dividendo… no estaríamos hoy donde estamos. Tengo que decir que mis socios son mi familia, en concreto, mis padres, sin cuyo empuje y confianza, hoy Art Marketing no sería lo que es. Tengo que agradecerles mucho, empezando por mi educación y las oportunidades que me brindaron y ya luego como socios porque han respetado totalmente mi independencia. Y también mi marido y mis hijos, que son una fuente de inspiración continua y unas razones por las que tirar la toalla no ha sido nunca una opción.

María Cano Rico