“Sin buenas uvas es imposible hacer un buen vino, pero desde luego la mano de la bodega y el enólogo también marcan la diferencia”

Carmen San Martín, vallisoletana de 39 años, es licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid. Cuenta con un Máster en Asesoría Jurídica de Empresas por el Instituto de Empresa de Madrid (2005) y un Máster en Dirección y Gestión de Empresas Vitivinícolas, desarrollado por la Cámara de Comercio de Valladolid (2010-2011). San Martín estuvo trabajando para el sector de la banca en compañías como el Banco Sabadell, hasta que en junio 2012 dio un vuelco a su vida y se puso al frente de la bodega de la D.O. Rueda, Hijos de Alberto Gutiérrez, S.A., desempeñado las labores de gerente de la misma.

¿Cuál era su vinculación con el mundo vitivinícola?

Mi vinculación era totalmente familiar. Pertenecía al Consejo de Administración de una de las bodegas más grandes de la COPA VERDEJO 1zona. Hijos de Alberto Gutiérrez es una empresa familiar con mucha historia. Nació en 1942 pero la bodega, originariamente de los dominicos, data del siglo XVII. Actualmente, llevo la dirección de la empresa y la gerencia debido a mis conocimientos financieros y de derecho.

Hace cinco años dio un cambio radical a su vida, ¿cómo valora este cambio?

El cambio ha sido totalmente positivo. Me costó mucho dar el paso. Todos tenemos miedo al cambio, a lo desconocido, a asumir determinadas responsabilidades. Pero a día de hoy, gracias a este trabajo, tengo la oportunidad de viajar, conocer gente… es un mundo muy creativo.

¿Cómo valora su incorporación a la Denominación de Origen como presidenta?

La llegada a la D.O. ha sido todo un reto en mi vida profesional. Soy la primera mujer al frente del Consejo Regulador, también la persona más joven, y es muy gratificante y un orgullo asumir la presidencia. Nunca pensé que se me iba a ofrecer algo así y lo asumo con toda la responsabilidad del mundo de intentar hacerlo bien.

¿Cómo es su día a día como presidenta?

Mi papel es representativo. No solo represento a las bodegas, sino también a los viticultores que, muchas veces, tienen menos visibilidad. Como presidenta marco las líneas y directrices a seguir y, para ello, tengo un gran equipo profesional por detrás que me asesora. Son los responsables de la toma de decisiones. El Consejo Regulador tiene su propio personal, su equipo técnico, encargado de las labores de control, de que la calidad de los vino esté a la altura, de la entrega de contraetiquetas, de la certificación de los vinos; además de las labores de promoción y las campañas de comunicación, que dan a conocer nuestros vinos, como zona, como región, además de nuestro territorio. Yo asumo una parte representativa y de relaciones institucionales, que es muy bonita. Con respecto a la toma de decisiones, el Consejo Regulador es un órgano colegiado y las decisiones se votan en el pleno.

¿Cómo compatibiliza la presidencia de la D.O. con la gerencia de la bodega?

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Es complicado. La presidencia conlleva más labores y responsabilidades de las que en un primer momento puede parecer. Viene gente de fuera y tienes que atenderlos, hay que debatir y preparar los temas del pleno, lo que conlleva estudiar la normativa, además hay numerosos viajes y actos… Todo ello, unido a un trabajo exigente como es la gerencia de la bodega a la que pertenezco, se hace difícil y, al final, acabas restando horas de tu vida personal o del tiempo de tu empresa. Representar a la D.O. es una labor que se hace en función del bien común. Es una responsabilidad muy grande además de un orgullo profesional que me hayan elegido para ello e intento hacerlo lo mejor que puedo. Pero es verdad que hay veces que es complicado. No conoces muchos temas y toca estudiar y aprender constantemente.

Como primera presidenta y siendo tan joven, ¿ha encontrado alguna dificultad desde su llegada a la D.O.?

La verdad es que en todo momento me he sentido muy arropada, tanto por el equipo del consejo como del pleno. Todo el mundo es consciente de lo que supone asumir un puesto como este y sus responsabilidades, e intentan facilitarte la labor en todo lo posible. Nunca he notado diferencias a la hora de ser mujer. Es verdad que soy la única mujer del pleno, pero no me he sentido tratada de forma diferente en ningún momento.

¿Podría hablarnos del emprendimiento en la Denominación de Origen Rueda?

Rueda es una zona que está recibiendo potentes inversiones, tanto a nivel de viñedo con nuevas plantaciones, como de Campo_2nueva instalación de bodegas. Es una riqueza enorme para la zona porque nuestros pueblos no solo no pierden población, sino que la ganan al tener que instalar la bodega en una zona concreta para pertenecer precisamente a esa D.O., ya que tiene un clima concreto, un suelo concreto, un tipo de uva concreto. Se dan, digamos, las características óptimas para que se den esos buenos vinos, y no puedes deslocalizar la empresa. No puedes poner una bodega de Rueda en una zona que no pertenezca al área de la D.O. Rueda. Y aquí vivimos afortunadamente una época boyante: recibimos inversiones, vienen empresas, se genera empleo y también vienen personas a residir aquí.

¿Podría hablarme de la presencia femenina en el sector vitivinícola?

En Rueda somos una excepción, quizás por ser una D.O. joven y dinámica, y la presencia de la mujer es amplia. Puede que principalmente estén en puestos técnicos, de exportación, comunicación… Pero las cosas están cambiando a pasos agigantados y cada vez hay más mujeres en puestos directivos y en gerencia. Aparte de que Rueda es relativamente joven, también se han producido ciertos cambios generacionales recientemente en la propia dirección de esas empresas familiares, como ha pasado en mi caso. Esta tendencia no es anecdótica. Además, creo que aportan un punto de vista diferente. A veces me preguntan: ¿es mejor? No es ni mejor, ni peor, simplemente son personas distintas que aportan puntos de vista distintos, pero eso va con la manera de ser de cada uno. Hay muchas bodegas nuevas, pero también hay empresas con mucha historia y trayectoria como las Bodegas José Pariente, una marca muy conocida que está dirigida por Victoria Pariente y donde ahora se ha incorporado su hija Martina.

Cuando vas a las ferias y ves tantas mujeres jóvenes es muy reconfortante. Cada vez nos encontramos más enólogas, gestoras de bodegas, técnicas, dueñas, emprendedoras que han montado su propia bodega desde cero. De hecho, cuando me dicen que el sector del vino es muy masculino, yo siempre digo: pues no lo veo así, pero puede ser que sea concretamente mi entorno más cercano y, a lo mejor, en otras zonas tienen una opinión diferente. Desconozco la situación en Rioja, pero sí que es verdad que cuando vas a las ferias y convives con bodegas de otras zonas ves mucha presencia femenina. Las cosas van cambiando y, es más, pienso que los que no estén en este punto van a tardar relativamente poco, ya que en cuanto tengan un cambio generacional estarán plenamente incorporadas.

¿Cuál es el perfil del consumidor de D.O. Rueda?

Viñedo+PinosEl 40% de los vinos blancos con D.O. que se consumen en España son Rueda. Fijándonos en segmentos concretos de población, Rueda triunfa en el sector más joven y el femenino, por lo que creo que se está haciendo muy buen trabajo a nivel de comunicación. Su público no son los tradicionales consumidores de vino, sino que está trayendo un nuevo público que, además, es cada vez más exigente. Las modas van cambiando y constantemente buscamos algo nuevo.

¿Sus próximos objetivos como presidenta de D.O. Rueda?

Esperar que la zona siga creciendo y mostrando su potencial vitivinícola y que sus vinos cada vez estén mejor valorados. Son muchas las familias que vivimos directamente de esto y esperamos que nuestra gestión, la del pleno del consejo y yo como su presidenta, ayude precisamente a que esto tire para adelante. Evidentemente, cada bodega y cada viticultor particular tiene mucho trabajo por delante. Nosotros lo que ofrecemos es una ayuda, la de aunar esfuerzos, por ejemplo, a nivel de comunicación, a nivel de promoción, el poder llegar a donde las empresas individualmente no podían. La principal función que tiene que hacer el consejo regulador es la defensa de sus vinos, de una zona como región y ayudar a que la marca de Rueda se conozca.

Además, como objetivo, creo que Rueda tiene pendiente la exportación y todos los esfuerzos del consejo regulador están COPA SERIGRcentrados en alcanzar nuevos mercados. En España los vinos de Rueda son muy conocidos por lo que ahora nos toca salir fuera y ser competitivos con otras zonas grandes vinícolas del mundo. Es ahí donde tenemos que apostar. Hay un plan muy ambicioso junto a la Ribera del Duero con EE. UU. que esperamos que tenga sus frutos. México, EE. UU., China, sin olvidar Europa, que es un mercado muy importante por la facilidad de los desplazamientos. Además, conocen los vinos de Rueda y gustan, por lo que hay que seguir apostando por los mercados tradicionales como Suiza, Alemania, los países de Europa del norte como Holanda. No hay que disminuir los esfuerzos en esa zona que, a nivel económico, es actualmente la más importante.

Finalmente, ¿la clave de un buen vino?

Sin buenas uvas es imposible hacer un buen vino, pero desde luego la mano de la bodega y el enólogo también marcan la diferencia. Aun así, sin la base no tenemos nada.

María Cano Rico