Esforzarse cada día como si fuera el primero para desarrollar un proyecto, construir valor y empleo es algo que llena de orgullo a un empresario y le compensa todo el esfuerzo que invierte.

Te preparas para luchar contra la competencia, contra las adversidades del mercado y las posibles crisis que se presentan en la economía, pero nunca nadie te prepara para luchar contra un enemigo invisible que atenta sin dar tregua contra el principal valor de la empresa, el ser humano, acabando con su salud. En una semana hemos relativizado todo de tal manera que la economía nacional y mundial ha pasado a un segundo lugar, ocupando el primer puesto algo tan básico como la lucha por la supervivencia y por la vida.

En este momento, para los directivos de las empresas un punto fundamental es la gestión de la incertidumbre. Nadie sabe cuánto va a durar esto, ni siquiera cuándo terminará el periodo de confinamiento y menos aún qué ocurrirá cuando podamos salir a la calle y cómo reaccionará el consumo ni a qué ritmo. Para una empresa, hacer frente a esa incertidumbre es complicado. En mi opinión, es importante imaginar distintos escenarios y reinventarnos, hacer partícipes al resto de miembros de la empresa de nuestra lucha y tomar decisiones en pro de conseguir la continuidad de la compañía cuando todo esto termine. Es el momento de tomar decisiones, pero qué complicado es. Tener a tu lado expertos profesionales que puedan asesorarte sobre qué medidas de las facilitadas por el gobierno y las entidades financieras son las que mejor pueden ayudarte es importante.

Nunca me había parado a analizar qué era para mí el concepto de globalidad. Este virus me ha hecho entender que vivir en un mundo global significa que aquello que hoy ocurre en China, en poco tiempo afectará al resto de países. Esta situación de interrupción de nuestra cotidianidad se ha producido de un día para otro y todos nos hemos visto obligados a interrumpir nuestros trabajos o en el mejor de los casos a trasladar nuestras oficinas a casa, poniendo a prueba la capacidad de las empresas de adaptarse.

Un ejemplo sobre esta adaptación se encuentra en el sector de educación. La tecnología ha posibilitado que miles de estudiantes continúen su curso a través de las plataformas educativas. Creo que en este sector especialmente no hay vuelta atrás y va a cambiar en profundidad este modelo de negocio y de todos los sectores relacionados con él.

En mi opinión, la situación que vivimos en este momento va a representar un antes y un después para el mundo laboral. Hace ya mucho que hemos escuchado que las empresas que no estén evolucionando a nivel tecnológico y adapten su negocio al mundo digital no van a poder sobrevivir. Gracias a la tecnología, hemos adoptado sistemas como el teletrabajo como habituales para hacer negocios. La evolución que ha experimentado la tecnología en los últimos años nos ha dotado de la flexibilidad para seguir trabajando sin importar el lugar o el momento en el cual se haga.

Por otro lado, Internet representa también una oportunidad para que las empresas abran sus barreras y puedan llegar a su público objetivo más allá del espacio físico en que se encuentran. Este es uno de los servicios que desarrollamos en Agencia SIM.

Hemos tenido que adaptarnos a pasos agigantados a unas nuevas necesidades de vida y de forma de consumir. Es el momento de intentar ofrecer nuestro lado más creativo a nuestras empresas y de intentar ser positivos y seguir luchando para estar preparados lo mejor posible en el momento que volvamos a la normalidad.

Carolina Lázaro

Directora de la Agencia SIM