En Europa, solo el 30% de los aproximadamente siete millones de personas que trabajan en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son mujeres. Están infrarepresentadas en todas las categorías, y especialmente en cargos con capacidad de decisión. Únicamente un 9% de los puestos de dirección de TIC está ocupado por una mujer; el porcentaje medio en el mercado laboral es del 15% en España.
El sector TIC está creciendo muy rápidamente: en Europa crea alrededor de 120.000 nuevos puestos de trabajo cada año y, sin embargo, faltan personas capacitadas para ocuparlos. Del 30% de mujeres matriculadas en Informática que teníamos en la España de los años 1985-1987, hemos pasado a un 12% en el curso 2016-2017. ¿¡Vamos al revés!?
Realmente, avanzamos menos de lo que cabría esperar, y mucho menos de lo que podríamos. Incorporar a las niñas, a las jóvenes, a las mujeres al mundo de la tecnología es indispensable: los datos demuestran que aumenta la creatividad y la productividad cuando hay diversidad de hombres y mujeres. El impacto económico y social sería enorme. Es imperativo pues pensar nuevas políticas, políticas de cambio real y efectivo. En las condic
iones actuales, la brecha en la igualdad de género en el mundo solo se cerrará dentro de 100 años, en 2133, según un informe del Foro Económico Mundial.
La tecnología es un elemento ya horizontal en la producción y también en la vida diaria de la sociedad actual. Tiene un potente poder acelerador, y en unos pocos años ha revolucionado la forma en que vivimos y nos relacionamos: redes sociales, objetos conectados, WhatsApp,… Ha transformado casi todo y está en casi todo. Entonces, necesitamos utilizarla para cerrar la brecha de género.
Y la oportunidad está precisamente ahí, en conseguir que la tecnología la imaginen, diseñen y utilicen mujeres y hombres por igual. Hoy, el qué y el cómo la tecnología imagina el mundo ocurre desde la mirada masculina. Es un tren en el que deben estar las mujeres si realmente queremos avanzar hacia un mundo más inclusivo.
Diversas iniciativas de mujeres se han puesto en marcha ya para tomar la palabra en vez de esperar a que se la den, y para inspirar. En Women in Mobile incidimos en el segmento de la tecnología móvil, mostrando y demostrando el talento femenino. Somos una comunidad de 200 mujeres de este sector: ingenieras, programadoras, desarrolladoras, pero también especialistas en estrategia, marketing, experiencia de usuario… Otro estereotipo que romper: para trabajar en el sector de la tecnología no hace falta ser ingeniera (aunque si queremos y hacen faltan más).
A nuestro evento profesional con un 100% de ponentes mujeres hablando de Inteligencia Artificial en aplicaciones móviles asistieron unas 300 personas, 95% mujeres. Contrasta fuertemente con los eventos tecnológico
s al uso, en los que los hombres son mayoría abrumadora. A las mujeres sí que les interesa la tecnología. Creemos el acceso y entornos adecuados.
Y es que “no puedes ser lo que no puedes ver”, y las niñas, las jóvenes, las mujeres necesitan ver modelos femeninos a seguir en el mundo de la tecnología para poder interesarse, imaginarse, y hacerlo posible. Y abrirles las puertas es indispensable y responsabilidad de todos y todas, porque marcará el futuro de nuestra sociedad, que ya ha empezado.
Celia Díaz-Pardo
Cofundadora de Women in Mobile
