El quedarte embarazada no debe ser un obstáculo para prosperar en tu puesto de trabajo. No digo ya para mantenerlo. En mi caso, el quedarme embarazada de mi primera hija hizo que un ascenso en la agencia de publicidad en la que trabajaba se convirtiera en un despido. Fue tras esto que en 2015 decidí dar el paso a crear mi propia empresa, Mumablue, y cumplir mi sueño.

Mumablue es una startup española que quiere fomentar la lectura entre los más pequeños de la casa. Son cuentos personalizados donde a través de un editor se escogen los rasgos más característicos del niño: color de ojos, pelo, piel… incluso se puede elegir entre varios accesorios como gafas o audífonos para que ningún niño se sienta excluido.

Hoy en día disponemos de cuatros cuentos diferentes donde los niños se convierten en los protagonistas de la historia y, a su vez, aprenden valores como la tolerancia, el respeto a otras culturas o el valor de la amistad. De esta forma, queremos devolver a los niños la ilusión por la lectura, y hacerles parte de la historia es una buena forma para conseguirlo.

Lanzarse a crear una empresa y sumergirse en el mundo del emprendimiento puede ser un poco desconcertante. Tras mi experiencia creando Mumablue encontré algunos obstáculos por el camino. Por ejemplo, la mayor dificultad es encontrar partners y proveedores que confíen en ti cuando aún no tienes un negocio sólido. Además, hay mucha dificultad a la hora de poner en marcha el negocio rápidamente y encontrar un buen equipo que sea el motor de la empresa.

Por supuesto, España no es un país que facilite demasiado el emprendimiento. No hay demasiadas oportunidades o facilidades para quienes deciden crear su propio negocio. Además, la información que hay es escasa y, muchas veces, el proceso de dichas ayudas es tan tedioso o tiene tantas exigencias que es muy difícil optar a ellas.

Además, muchas veces, entre iguales, he sentido que tenía que demostrar más que un hombre… quizás, es aquí donde he encontrado más dificultades por ser mujer.

Pienso que el machismo también se siente en este ámbito, el del emprendimiento, sobre todo al tener que justificar el tiempo de tu trabajo. Muchas veces, la presión social hace que parezca que «esté mal visto» que una mujer trabaje duramente por su proyecto y, sin embargo, esa misma situación en la figura de un hombre está muy bien vista. Por ejemplo, un tema que nos diferencia es la conciliación: una mujer emprendedora tiene que elegir constantemente entre familia y trabajo, teniendo que hacer malabares con su vida: por eso, si dedicas más tiempo a tu proyecto que a tu familia puede estar mal visto.

Los hombres suelen emprender mucho más que las mujeres, suelen ser más atrevidos para lanzarse a crear un negocio. Las mujeres ponemos menos en riesgo nuestra estabilidad o la de nuestra familia, somos prudentes y conscientes. Nos cuesta coger nuestros ahorros y los de nuestra familia y ponerlos en una cesta para construir nuestro proyecto. Quizás, ese exceso de prudencia hace que las mujeres tomemos menos la iniciativa a la hora de emprender.

Cada vez hay más mujeres que deciden emprender y construir su empresa, pero creo que esta decisión viene más por conseguir la conciliación familiar y tomar las «riendas de tu vida».

Cristina Rodríguez

Fundadora de Mumablue