El siglo XXI parece venir marcado por circunstancias que no habíamos previsto. La última y más determinante es la pandemia de coronavirus, pero sabemos que se considera el 11-S como el verdadero comienzo de esta nueva era y el final del siglo XX. Quizá la espectacularidad de los fenómenos adversos ha venido desviando nuestra atención y no estemos dándonos cuenta de lo que verdaderamente puede estar siendo la principal y más definitoria corriente del siglo XXI: la presencia relevante de las mujeres en todos los ámbitos.

La presencia en igualdad de las mujeres en todos los espacios públicos es una reclamación antigua y, sin embargo, no del todo satisfecha por ahora. Con siglos de existencia, el feminismo, que persigue la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, sigue batallando por lograr algo tan revolucionario, pero a la vez tan obvio, como considerar a todas las mujeres seres humanos plenos. Y sí, cito aquí casi textualmente a la activista norteamericana Angela Davis, porque sorprende que aún tengamos que resaltar obviedades como la actual inequidad real de hombres y mujeres.

La lucha de las mujeres por el espacio público no comenzó con las sufragistas del siglo XIX, pero sí fue el suyo un primer triunfo fundamental. Su reivindicación se sustentaba en algo tan simple como que, si no tenían derecho al voto, ningún político se preocuparía de promover leyes para su bienestar. O, mejor dicho: no había políticas que las favorecieran porque ningún partido iba a beneficiarse de dar derechos de las mujeres si luego ellas no podían darles votos en las elecciones.

Igualdad y equidad

Esta corriente reivindicativa ha evolucionado y ha logrado permear la sociedad en todas sus capas, y nos ha llevado a las organizaciones, también a Mutualidad de la Abogacía y a la Fundación Mutualidad de la Abogacía, a incorporar la igualdad y la equidad como líneas básicas y fundamentales. Como tuve oportunidad de manifestar en la firma del acuerdo de colaboración entre Mutualidad, Fundación y Women in a Legal World (WLW) para potenciar el talento femenino el sector legal, estamos absolutamente comprometidos con el fomento de políticas de igualdad, tanto internas como aquellas que tienen su aplicación fuera de nuestras organizaciones.

Desde que lo fijara Aristóteles en el siglo IV antes de Cristo, un principio básico de justicia universal es tratar igual a los iguales, y desigual a los desiguales. Las mujeres han estado y siguen estando infrarrepresentadas sistemáticamente en todos los ámbitos públicos, también el legal. Una parte importante de las soluciones para revertir esta situación pasa por la adopción de medidas que visibilicen el talento femenino en todos los ámbitos. Entre otros motivos, y no el menor, porque las niñas de hoy son las mujeres de mañana, y sin referentes inspiradores a la vista puede que no les interese el mundo de la abogacía.

De esta convicción parte también la colaboración que acabamos de iniciar con las iniciativas creadas por WLW, como los Premios Women in a Legal World, o nuestra participación en el think-tank Women on the Board, entre otras. Muy especialmente en el ámbito de la educación, donde WLW ha creado un proyecto de mentoring para desarrollar el potencial de las alumnas de últimos cursos de Grado y de Máster de Acceso al ejercicio de la Abogacía. Necesitamos todo este talento, con todos nosotros, para garantizar el bienestar de toda la sociedad actual y futura.

Enrique Sanz Fernández-Lomana

Presidente de la Mutualidad de la Abogacía y de la Fundación Mutualidad de la Abogacía