El mundo ha cambiado radicalmente en los dos últimos meses. Desde que ese sábado 14 de marzo de 2020, el Gobierno español decretara el estado de alarma en el país por la pandemia del COVID-19 nada volvería a ser lo mismo. La forma de ver la vida, de trabajar o de consumir ha dado un giro de 180º, sin duda en todo el mundo. Por ello, ahora, las marcas, más que nunca, tenemos que escuchar las necesidades de nuestros clientes para estar a la altura del reto que la sociedad nos exige.

Pero en esta batalla, no solo hay que escuchar a los clientes sino también a nosotros mismos y a todo nuestro equipo. Desde que comenzó el confinamiento, en Subway lo tuvimos claro, teníamos que seguir comunicando y conectar con todos aquellos que están al otro lado de la pantalla. Profesionalmente, como Head of Marketing para el Mediterráneo en Subway, me vi ante el reto de trabajar de forma remota y liderar equipos con mis compañeros sin poder verles. Por ello, creo que más que nunca tuve que reinventar esa forma de conectar que comentaba anteriormente y aprender aún más sobre lo que sienten y piensan los demás.

De hecho, en este sentido, un cambio que vi es esta atención adicional que tenemos que tener a las señales que nos llegan de los demás, así como entender que no todo el mundo lo vive igual o al mismo ritmo. Al fin y al cabo, cada uno ha viajado en este camino con circunstancias personales y profesionales diferentes. Otro de los redescubrimientos de esta situación ha sido la necesidad de saber interactuar unos con los otros a distancia. Sin duda, creo que ha supuesto un ejercicio de humildad y aprendizaje constante, como de una mezcla de entreayuda y empatía.

A nivel profesional, desde el punto de vista estratégico, me he encontrado con un reto adicional de insights que cambian a diario. El COVID-19 nos ha puesto a prueba, siendo el sector de la restauración uno de los más afectados. Ha sido un desafío que nos ha mostrado (y sigue haciéndolo) una realidad que es difícil de estudiar, ya que se construye cada día, y que es cambiante. Por este motivo no me ha quedado otra opción que observar y analizar la evolución de todos los datos que nos afectan para prepararme y poder tomar decisiones lo más informadas que pudiera. Aun así, ha sido todo un reto diseñar una estrategia que ha de responder a una realidad que todavía no existe.

En mi caso, el reto adicional ha sido ver cómo las puertas de nuestros restaurantes se han ido cerrando en seis países, sabiendo que detrás de cada una de esas puertas que se cerraban había emprendedores jugándose su propio negocio, su economía familiar y la de sus empleados. Personalmente, ha sido una de las cosas más difíciles durante la crisis.

A pesar de todos estos retos, siempre hay algo positivo y gratificante y, sin duda, en Subway ha sido ver cómo los equipos, la lealtad, la amistad y la cooperación no se ven afectadas por la distancia. Gracias a esto, es apasionante ver como cada día todas las personas que formamos Subway, tanto las internas como las externas, hemos ido todos descubriendo formas nuevas y relevantes de estar presentes y seguir de la mano.

En definitiva, situaciones como estas nos hacen más fuertes y nos demuestran que los imprevistos más improbables pueden surgir y que saber adaptarse de una manera rápida a los cambios es una actitud vital para superar cualquier desafío. Puedes tenerlo todo planificado y, de repente, en cuestión de segundos, todo se puede desmoronar. Además, en el sector de la comunicación, como se ha demostrado, este tipo de situaciones nos hacen reinventarnos, apostar por nuevas formas de comunicar poniendo el foco en las personas e intentando aportar valor a su día a día ante nuevas situaciones.

Inês Fonseca

Head of Marketing para el Mediterráneo en Subway