Hacía mucho tiempo que quería el juego. Ese juego. Me llamó mucho la atención cuando lo vi por primera vez en una tienda, pero nunca me había decidido a dar el paso de comprarlo, y la verdad es que no sé por qué.

Inma-Sánchez-opinión-768x1024-768x1024En octubre del año pasado, por mi cumpleaños, mis amigos decidieron resarcir mi error y llegó por fin a mis manos la tan ansiada cajita de ‘Timeline’.

El juego es muy sencillo: 110 cartas, ilustradas por ambos lados. En uno de los lados, un hecho histórico conocido (por ejemplo, el inicio de la Segunda Guerra Mundial), con un dibujo ilustrativo. Por el otro lado, el mismo dibujo y epígrafe, además del año en el que dicho acontecimiento tuvo lugar.

Comienza colocándose una carta central sobre la mesa, con la fecha del acontecimiento visible para todos. El primer jugador elige una de sus cartas y la coloca en la mesa, juzgando si su hecho histórico ocurrió antes o después de lo que refleja la carta inicial. Si acierta, su turno acaba allí. Si falla, la carta que jugó se coloca en el orden adecuado en la mesa, y el jugador roba una carta.

El juego continúa y cada jugador deberá ubicar la carta que elija entre la línea de acontecimientos que cada vez tiene más eventos. El primer jugador que se quede sin cartas, gana la partida.

Parece sencillo, ¿verdad? Pues no lo es, ni un poquito. Sobre todo cuando la línea temporal comienza a hacerse cada vez más grande y no es tan fácil “colocar” tus eventos.

Como sólo tenía una caja con 110 cartas, la verdad es que no podía jugar muy a menudo porque, al ser tan pocas, puedes empezar a recordar algunas fechas que te bailaban y claro, si las aciertas todas, el juego pierde su emoción.

Por ello, los Reyes Magos de este año decidieron resarcir de nuevo mi error regalándome dos nuevas expansiones, una sobre música y cine, y otra sobre eventos. Antes de seguir escribiendo, quisiera decir que soy una fanática de la música y me gusta mucho el cine. ¿Yo creía que sabía de música? Sí ¿He descubierto después de jugar que apenas sé de música? Sí.

Ahí es donde reside la “trampa” del juego. Por ejemplo, cuando tienes una canción de algún grupo musical, como U2, y tienes que colocarla en algún año en concreto, si hay pocas cartas en la mesa es fácil, porque la época más o menos la ubicas (salvo que seas un hacha con las fechas, que no es mi caso). El “problema” llega cuando hay muchas cartas en un corto espacio de tiempo, y tienes que acertar exactamente el año.

Es entonces cuando surgen las miles de dudas y jugándotela decides que la pones en un año concreto. Y no os quiero decir el coraje que te da cuando ves que fallas por apenas uno o dos años y tienes que volver a robar una nueva carta.

Aún no me probado a juntar todas las expansiones para hacer una macro línea del tiempo, pero está entre mis objetivos a corto plazo. Eso, y comprarme las dos nuevas expansiones que están en el mercado, que ya me va tocando.

Inma Sánchez

Periodista