Empecé mis estudios universitarios con la Antropología Social. Reconozco que es una disciplina que ayuda a ver a la persona en su sociedad y a cada sociedad en el mundo. Sin embargo, lo que me interesaba especialmente era la persona. Mi vocación era la psicología, no había dudas. Estudié psicología. Mi búsqueda de la persona me llevó a interesarme por la psicología de las profundidades y 
por eso que llamo la psicología encarnada. El encuentro con el cuerpo era inevitable y vino de la mano del psicólogo alemán K. Dürkheim, que me enseñó que si no podemos ver a alguien como un ser completo, estamos perdiéndonos realmente a la persona. De la mano del zen y de la psicoterapia que él creó, la Leibterapia Personal, aprendí a conocerme a mí en un proceso que me llevó a descubrir mi verdadero potencial y a poder usarlo en mi día a día. Emprendí un camino lleno de escollos, especialmente para una mujer y, sin embargo, los sorteé uno a uno. Tengo algunas cicatrices, son un valor añadido.
La Leibterapia y las técnicas de centramiento son herramientas que favorecen el reconectar con lo esencial de cada persona, y eso es profundamente sanador. El resultado lo experimenté en mí misma y esto me capacitó para de poder acompañar a otros. Cada proceso es distinto, pero hay una serie de hitos comunes para todos.
Estas técnicas nos devu
elven al contacto con lo que somos más allá de las apariencias y del ego, ayudándonos a sentirnos en coherencia, viviendo desde nuestro interior para actuar mejor en el mundo. Refuerzan la sensación de centramiento. Esto significa que la persona aprende a posicionarse en el mundo; sólo así sus acciones pueden ser beneficiosas para sí misma, para los demás y para la sociedad. Una persona que carece de centro y de anclaje interior es alguien descentrado, inestable, frágil, con tendencia a la ansiedad y a quien le cuesta encontrar el sentido cotidiano de la vida. Sin centro, la persona se pierde en el mundo. Si el centro está situado en el exterior, la persona se pierde a sí misma.
Trabajo con estas técnicas que se basan en el diálogo, los gestos, el trabajo psico-corporal y los ejercicios de centramiento desde hace 28 años. Las aplico en sesiones individuales, en grupo, en el ámbito de la empresa, en el campo de lo social y en la educación.
¿Cómo es posible que las mismas técnicas sean útiles en campos tan distintos? La respuesta es simple. Estas técnicas se dirigen a la persona y a su realidad más fundamental. La acompañan a experimentar su piedra angular, que es el centramiento, a partir del cual, mente, cuerpo y espíritu se viven como una unidad, proporcionando fuerza y sentido.
El mundo actual vive muy volcado hacia el exterior. La presión lleva a muchas personas a sentirse mal, a sentirse sobrepasados por el trabajo, la vida privada y las circunstancias que van surgiendo. Las personas no saben que se han perdido a sí mismas en la carrera cotidiana por satisfacer todas las demandas; sin embargo, sí que saben que se sienten mal. Las técnicas de centramiento y la Lebterapia, así como la meditación, acompañan a reencontrar un espacio de calma interno, de serenidad personal y de silencio, que permiten vivir lo cotidiano de otra forma mucho más benéfica en todos los sentidos.
Acuden a mi consulta personas que buscan sentirse en paz, que están desbordadas por sus circunstancias de vida, por acontecimientos puntuales o por la sensación de vivir sin tener claro cuál 
es el sentido de su día a día. El detonante puede ser una separación, un ataque de ansiedad, o simplemente la lectura de un libro que despierta “algo”.
En el mundo de la empresa me encuentro con equipos estresados, con directivos ansiosos, con pérdida de motivación donde inicialmente había un gran deseo de acción.
En el campo de lo social, hemos creado una asociación para trabajar con personas en situación de desempleo de larga duración y exclusión social. Las personas que han pasado por los grupos han vivido un cambio a mejor. Hemos tenido el apoyo del Servei d’Ocupació de Catalunya y del Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya.
En la educación, por ejemplo, en el Postgrado de Educación de la interioridad de la Universidad La Salle, las técnicas de centramiento y la Leibterapia ayudan a los niños a vivir con mayor serenidad su día a día porque les permiten integrar la dimensión de la espiritualidad natural.
Laia Monserrat
Psicóloga y psicoterapeuta en Leibterapia
Barcelona
Autora de:
‘Un cerezo en el balcón. Practicar zen en la ciudad’, ed. Kairós
‘Espiritualidad natural. Educar a los niños en la espiritualidad, ideas para padres y educadores’, ed. Kairós
‘La revolución del Hara. Leibterapia y técnicas de centramiento’, ed. Kairós
