technology-791029_960_720No me gustaría frivolizar, pero resulta curioso que las ciencias se conjuguen normalmente con lo femenino, y también las letras, incluso la tecnología. En consecuencia, y con mi habitual optimismo, quiero pensar que si uno de los mayores impulsores del cambio empresarial es la tecnología y la digitalización, quizás va llegando el momento en que la sociedad advierta que para impulsar la productividad y desarrollar ventajas competitivas, el sexo puede que no sea más importante que la eficiencia en la gestión.

Este escenario de transformación digital deberá permitir que las organizaciones se centren mucho más en el resultado del trabajo individual y su correspondiente aportación de resultados, que la ubicación en tiempo o lugar del profesional que lo ejecute.

Por ello, no debe extrañarnos que dentro de las futuras profesiones más solicitadas en el mercado, además de las relacionadas con salud, logística, turismo o servicios, estén las relacionadas con las tecnologías como Big Data, ciberseguridad, cloud computing y, especialmente, los grados técnicos denominados STEM (Ciencias, Tecnologías, Ingenierías, Matemáticas). Mientras que actualmente sólo las cursan un 14% de estudiantes universitarios, son las que más se solicitarán en el mercado laboral en los próximos años.

Ya estamos de lleno en el mundo digital y una de sus características es la velocidad en la que se producen los cambios, pero, además, en el mundo tecnológico la presencia en el puesto de trabajo no es la finalidad, y la conciliación es un hecho. Por tanto, tengo la esperanza de que este nuevo horizonte, que reclama ante todo gran sensibilidad, visión holística, multitarea, capacidad de relación humana y una enorme intuición, puede representar una gran oportunidad para la mujer en el orden laboral, ya que estamos hablando de algunas de las competencias que son innatas a sus habilidades naturales y de género.

Queramos o no, Internet ha cambiado nuestra vida cotidiana y más allá de los PC´s o las tablets, también afecta a la forma de hacer negocios. Creo que facilita la interacción, pero también quiero creer que no sustituye la sutilidad y la emoción porque, por ahora, sigue siendo humana.

En este inicio de siglo se abre una perspectiva infinita para todas las mujeres, ya que formamos parte de este cambio y sólo nos cabe estar atentas para subirnos en este tren de progreso, en el que tenemos otra ventaja añadida, que no es otra que la conciencia de saber que simplemente compitiendo no se llega muy lejos, hace falta el convencimiento de todas las personas que componen la sociedad. No se trata de ser mejor o peor unos que otros, sino de complementarse y ser adecuados. Y cuando se trata de seres humanos, sabemos que nada funciona del todo si no conseguimos ser más felices.

Mª Ángeles Tejada
Directora General de Public Affairs de Randstad
Presidenta de Honor de Fidem
@angeles_tejada