La verdad es que es un auténtico placer escuchar a Josep Roca, un referente de la enología y gastronomía mundial, como parte del Celler de Can Roca, del que quiero recordar una expresión que me conmovió especialmente, cuando nos contó que vivimos una “revolución sensible” o que “la tradición no es otra cosa que conjugar evolución y tiempo”. Todo eso tiene mucho sentido en el momento en que vivimos, ya que estando tan sumergidos en el discurso de la tecnología que, a menudo, olvidamos que somos solo el resultado de nuestra experiencia vital.

Uno de los retos del mundo empresarial tiene que ver con reconquistar el entusiasmo de la gente, y esto seguro que tiene que ver con la necesaria sensibilización que hace falta, yo diría que en todo, pero especialmente en la economía, y creo que deberíamos entenderla como un todo sistémico por distintas razones. La primera es que cualquier empresa responde a una visión que inspiró en su día su razón de ser y tiene también una misión importante que se traduce a nivel social en aportar valor a sus promotores, a los clientes que sirve y, especialmente, a sus empleados, que no dudarán en comprometerse si creen en lo que hacen.

Y centrándonos en los trabajadores profesionales, teniendo en cuenta que cada uno de ellos posee necesidades sutilmente diferentes, deberíamos ser capaces de transmitir aquellos rasgos que hacen única a una empresa, lo que hoy en día llamamos employer branding. La consecuencia de que tenga éxito esta acción al final acaba repercutiendo tanto en la forma de hacer su trabajo como en la respuesta del mercado.

Normalmente, detrás de cada empresa que se encuentra en este proceso de “revolución sensible” de la que hablaba Roca, existen políticas dirigidas a mejorar la vida de la gente como, por ejemplo, la conciliación familiar, la flexibilidad horaria, el teletrabajo, la autodirección y,  cómo no, las políticas de inclusión de colectivos de difícil inserción laboral, por tener distintas capacidades, o los esfuerzos que se están realizando para afrontar la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Todo ello tiene que ver con esta “revolución sensible”, que no es otra cosa que mirar y escuchar lo que hay detrás de cada persona para que pueda hacer mejor lo que sabe hacer. Para ello, hay que saber comunicar más y mejor, empatizar y mirar con los ojos abiertos para ver, además del trabajo personal, su puesta en valor en beneficio del entorno.

Hoy, tenemos a nuestra disposición todos los elementos y las herramientas para poder orientar nuestra vida. La tecnología y la digitalización nos abren muchos caminos, pero sin perder de vista que todo es posible. Si interiormente decidimos tener la actitud, poner el esfuerzo, la voluntad, el compromiso para hacerlo y, todo ello, partiendo de estos valores, que no son otra cosa que la base que guía todo lo que hacemos, la “tradición” de la que nos contaba Roca nos ayudará a sumar todo lo aprendido, la experiencia de nuestros mentores y maestros con nuestra creatividad para que, al final, acabemos haciendo cosas que no solo “saben mejor”, sino que, además, contribuyan a hacernos la vida más feliz a todos.

Mª Angeles Tejada

Directora general de Public Affairs de Randstad

Presidenta de honor de Fidem