Muchas voces afirman que vivimos un momento excepcional. Esta opinión, que puede parecer algo prosaica, tiene mucho que ver con los notables avances de la tecnología y la innovación. Este modo de vivir, con tantas herramientas y juguetes en nuestras manos que eran impensables hace un par de décadas, puede dejarnos caer en la tentación de sentirnos seres superiores. No obstante, y para aliviar esta presunción, sólo debemos volvernos y mirar hacia nuestra querida Europa y tratar de no sonrojarnos ante la vergüenza de muchos dirigentes de Estados incapaces de resolver la crisis de refugiados que vienen de Oriente y que se aparcan a las puertas de Turquía.M.Angeles-Tejada-682x1024

Creo que la triste realidad es que sufrimos una crisis de valores. Parece que nuestros políticos se quedan en los intereses a corto plazo y algunas empresas andan demasiado preocupadas por competir y crecer, pensando mucho más en sobrevivir que en resolver los problemas de muchas personas que serán expulsadas del mundo laboral por la digitalización o los robots a menos que se cualifiquen.

Nada de lo que pase a nuestro alrededor puede sernos ajeno, porque precisamente la globalización consiste en esto. Y seguramente las mujeres, que aún no hemos superado la prueba de la aceptación social y estamos lejos de obtener el reconocimiento de nuestras competencias como gestoras de nuestro trabajo y facilitadoras del trabajo de los demás, deberemos espabilarnos y acelerar un poco más, hasta conseguir esta normalidad a la que aspiramos, porque necesitamos muchas más emprendedoras, directivas y profesionales que hagan prevalecer el sentido común para conseguir que se hagan mejor las cosas.

Es una buena noticia saber que varias directivas apoyarán proyectos de emprendedores socialmente responsables, promovida por la Fundación Ernst Young y el Institut d’Innovació Social de ESADE junto con varias mujeres de empresa. Este proyecto será un acelerador que buscará proyectos con necesidades de financiación superiores a 100.000 euros que ya facturen y hayan desarrollado un programa piloto. Sin duda, contribuirá a que las mujeres lideren una nueva economía social mucho más humana e inclusiva, a potenciar esta esperanza que tenemos depositada en el posible cambio, y que tendrá mucho que ver con un nuevo estilo de dirección mucho más ético, empático y a la vez conciliador, focalizado en sumar y acoger a todas las personas dispuestas a aportar y desarrollar su talento para que todos ganen.

Creo sinceramente que uno de los grandes retos del futuro deberá ser preocuparnos de formar más y mejor nuestros equipos para que puedan cualificarse y desarrollar su talento, ya que será más importante conseguir empleabilidad que simplemente asegurarse un puesto laboral. Debemos aspirar a que la digitalización mejore la salud laboral y que la innovación no signifique una barrera que nos pueda aislar de los demás, supeditando nuestra forma de comunicarnos a las herramientas de las redes sociales.

Por mi parte, reivindico una forma de gestionar que sea inclusiva, ética y eficiente, ya que es posible que los robots puedan sustituir muchas funciones laborales, pero al menos por ahora, nunca podrán cambiar la calidad de una emoción o la belleza del alma que se dibuja en la mirada de cualquier ser humano.

Mª Angeles Tejada

Directora General Public Affairs Randstad

Presidenta de Honor de Fidem