En pleno Mundial de Fútbol Femenino ha vuelto la polémica sobre si el protagonismo que se otorga a este deporte respecto a su homólogo es suficiente. El crecimiento de su popularidad y el auge que ha alcanzado a lo largo del último año es innegable. Basta pensar en la semifinal entre Inglaterra y EE. UU., que contó con la audiencia televisiva más grande en Gran Bretaña en 2019, o en el encuentro entre el Atlético de Madrid y el Barcelona el pasado mes de marzo en el Wanda Metropolitano, correspondiente a la jornada 24 de la Liga Iberdrola, que contó con 60.739 espectadores, un récord en cuanto a aforo en un partido femenino de fútbol de clubes en toda la historia de España, y la decimonovena mejor entrada en la historia de cualquier partido (oficial) femenino.

Por su parte, el Campeonato de Europa Femenino de la UEFA 2017 en Holanda atrajo a una audiencia global acumulada de 178 millones de espectadores para el torneo, mientras que los 240.045 espectadores en las gradas superaron el récord anterior de 216.888 establecido en la fase final de 2013 en Suecia. En esta línea, aficionados de toda Europa han llenado Francia este verano para ver partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, mientras que se han batido récords de aficionados viendo el torneo desde casa.

En base a los últimos datos, casi todos los países europeos tienen una liga nacional, con un aumento del 50% en el número de jugadoras profesionales en Europa con respecto a 2017. Además, las federaciones nacionales han invertido un total de 123 millones de euros, lo que supone un incremento del 10% respecto a 2017. Y es que, aunque en la actualidad unos 1,3 millones de niñas y mujeres juegan en clubes a lo largo de toda Europa, el objetivo es ampliar este número a los 2,5 millones en 2024, de acuerdo a la Estrategia de Fútbol Femenino de la UEFA presentada en la víspera de la final de la UEFA Women’s Champions League del pasado mayo en Budapest.

En esta línea, y con el fin de consolidar el fútbol femenino en nuestro país, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha modificado el modelo de competición de fútbol femenino ayudando a los clubes a que apuesten por este deporte, contribuyendo a la profesionalización de las jugadoras de élite garantizando su proyección deportiva, profesional, humana y educativa. Además, hace apenas una semana, la RFEF anunció que destinaría más de 20 millones de euros al fútbol femenino en la temporada 2019/2020, una cantidad a la que se sumarán las inversiones realizadas por las federaciones territoriales. Durante este encuentro, se avanzó que todos los partidos de la primera división serían retransmitidos en directo a través de canales de máxima audiencia, canales específicos o streaming. Además, también se indicó que habrá un mínimo de tres partidos por jornada de lo que se denominará segunda división pro, que serán también retransmitidos en directo. De este modo, se otorgará al fútbol femenino el protagonismo que merece.

A finales de 2017, escribía sobre la presencia femenina en el fútbol partiendo de la historia de algunas protagonistas. En dicho artículo esperaba que las historias de esas protagonistas se generalizasen convirtiéndose en el día a día. ¡Vamos por el buen camino! El público y los medios han contribuido a poner el fútbol femenino en el foco de atención y los clubes y federaciones están “en cierto modo” impulsando el interés por este deporte. Pero, aun así, no es equiparable a su homologo masculino. Esperemos que sea cuestión de tiempo ya que, si los datos lo respaldan, por qué no apostar por él.

María Cano Rico

Foto: RFEF