Un año más, somos testigos del techo de cristal que aún prevalece en el mundo del cine. Así, de las 187 películas españolas estrenadas en 2018, tan solo 36 estuvieron dirigidas por mujeres, lo que supone apenas un 20% del total, según recoge Comscore para el Ministerio de Cultura.

Los Goya 2019 han visibilizado, una vez más, este desequilibro de género. De hecho, tan solo han contado con 32 nominadas frente a los 89 nominados, y en cinco categorías -mejor dirección, música original, dirección de producción, mejor fotografía y mejor película de animación- la presencia de la mujer era inexistente.

Este contraste entre géneros se percibía en todas las categorías, especialmente las más técnicas, como la de sonido, que solo contaba con una mujer frente a diez hombres, y la de efectos especiales, con siete hombres y solo una mujer. Aunque en esta última, por primera vez, una mujer, Laura Pedro, recogió el Goya junto a su compañero Lluís Rivera por la película Superlópez.

Aun así, y a pesar de la escasa presencia femenina entre las nominaciones, fue una gala con un marcado carácter femenino. Al igual que año pasado, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) repartió un total de 2.500 abanicos, en esta ocasión bajo el lema #NIUNAMENOS, con el fin de denunciar la violencia machista.

Tampoco faltó la reivindicación femenina en los discursos de las ganadoras. Así, Eva Llorach, reconocida con el Goya a Mejor Actriz Revelación por la película Quién te cantará de Carlos Vermut, destacó que el cine «puede cambiar los clichés y que puede luchar por un mundo más justo y más igualitario”. Además, pidió a las guionistas, creadoras, productoras y a las actrices que tenían posibilidad de impulsar proyectos, “historias con protagonistas femeninas, sobre todo en los años en los que nos volvemos invisibles. A partir de los 40, 50 y 60 seguimos existiendo, no nos metemos en un agujero negro y dejamos de existir”.

Por su parte, Arantxa Echevarría, reconocida con el Goya a Mejor Dirección Novel por Carmen y Lola, indicó que «una sociedad se le mide por el sitio que ocupan las mujeres en ella”, y destacó: “España no sé si es suficientemente madura».

También el presentador de la gala, Andreu Buenafuente, en su sketch imitando a Groucho Marx señaló que, del total de nominados, solo un 26,5% eran mujeres. “El mercado puede parecer machista, pero no se engañen: es realmente machista”, recalcó.

Este y otros ejemplos hicieron de la 33 edición de los Premios Goya una gala en clave femenina a pesar de que tan solo dos categorías contaran con un balance positivo para la mujer. Por un lado, mejor diseño de vestuario con Clara Bilbao, por La sombra de la ley; Lena Mossum, por El hombre que mató a Don Quijote; Ana López Cobos por Quién te cantará, y Mercè Paloma, por El fotógrafo de Mauthausen. Y, por otra parte, Mejor Dirección Novel, en la que tres de los cuatro nominados eran mujeres: Arantxa Echevarría (Carmen y Lola), Celia Rico Clavellino por Viaje al cuarto de una madre, y Andrea Jaurrieta por Ana de día. Tres realizadoras que han creado tres historias maravillosas protagonizadas por mujeres.

En este punto, me planteo si la mayor presencia femenina en esta categoría marcará un cambio de tendencia en la realización cinematográfica y el séptimo arte en general o, por el contrario, solo es cuestión de casualidad. Como se suele decir, el tiempo nos lo dirá porque, por el momento, tan solo podemos hablar de reivindicaciones sin más.

María Cano Rico