La nueva apuesta de HBO tras el final de Juego de Tronos ha sido Chernobyl. Una miniserie de cinco capítulos que recrea la explosión que tuvo lugar en la madrugada del 26 de abril de 1986 en la Central Nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en Chernóbil, al norte de Ucrania (antigua Unión Soviética). Esta ficción, imprescindible tanto para los amantes de las series como para aquellos más cinéfilos, se ha convertido en la serie mejor valorada de la historia según el ranking Internet Movie Database (IMDb).

Pero, ¿qué hay detrás de Chernobyl? ¿De dónde surge la fuente de inspiración de este relato excepcional? Gran parte de la historia se basa en el libro Voces de Chernóbil, tras el que se encuentra la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich. Reconocida con diversos galardones como el Premio Ryszard-Kapuscinski de Polonia (1996), el Premio Herder de Austria (1999), el Premio Nacional del Círculo de Críticos de Estados Unidos (2006), el Premio Médicis de Ensayo en Francia (2013) y el Premio de la Paz de los libreros alemanes (2013), fue periodista antes que escritora y sus libros se caracterizan por cientos de testimonios vinculados a algunos de los acontecimientos clave en la antigua Unión Soviética, la guerra de Afganistán o el rol de las mujeres en la Segunda Guerra Mundial. Voces de Chernóbil se publicó en 1997, pero Alexiévich cuenta con otros libros que han alcanzado gran popularidad como La guerra no tiene rostros de mujer o Muchachos de Zinc.

Aun así, la obra de Alexiévich no fue internacionalmente reconocida hasta obtener el Premio Nobel de Literatura de 2015 por «sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo», siendo la última mujer reconocida por la Academia Sueca en esta categoría. Anteriormente, solo 14 de los 108 Premios Nobel de Literatura habían reconocido a una mujer. Concretamente, junto a  Alexiévic, cuatro autoras habían sido premiadas desde al año 2000: Alice Munro (2013), reconocida como la «maestra del relato corto»; Herta Müller (2009), novelista, poetisa y ensayista rumano-alemana, que trata en su obra las condiciones de vida en Rumanía durante la dictadura de Ceaușescu; la autora británica Doris Lessing (2007), autora de El cuaderno dorado, Elfriede Jelinek (2004), novelista, poeta, dramaturga, ensayista, guionista, traductora y activista feminista austriaca con libros como Los amantes y La pianista.

Mientras, a lo largo de todo el siglo XX, tan solo habían sido galardonadas nueve mujeres: Wisława Szymborska (1996), poetisa, ensayista y traductora polaca, en cuya obra destacan Lecturas no obligatorias, Instante y Aquí; Toni Morrison (1993), reconocida también con el Pulitzer, en sus obras habla de la vida de la población de color, en especial de las mujeres; Nadine Gordimer (1991), escritora sudafricana caracterizada por escribir sobre los conflictos interétnicos y el apartheid; la escritora y poeta alemana Nelly Sachs (1966), autora de En las moradas de la muerte y Más allá del polvo; Gabriela Mistral (1945), poetisa, diplomática y pedagoga chilena, ha sido la única latinoamericana en ser reconocida con este premio; Pearl S. Buck (1938), estadounidense que cuenta con una extensa bibliografía de más de 80 libros, vivió la mitad de su vida en China, donde la llevaron sus padres misioneros con tres meses de edad y donde estuvo unos 40 años; Sigrid Undset (1928), escritora noruega conocida por el Punto de vista de una mujer (1919) y Cristina, hija de Lavrans; Grazia Deledda (1926), novelista italiana y autora, entre otros libros, de Almas honestas y El viejo de la montaña, y Selma Lagerlöf (1909), primera doctora sueca honoris causa de filosofía integró la Academia Sueca cinco años después de ser la primera mujer reconocida con el premio.

Cabe preguntarse cuánto habrá que esperar para que reconozcan a otra mujer, así como la notoriedad que realmente se les ha dado y tienen las escritoras, tanto históricas como actuales. Así, en el caso de Alexiévich, hasta no ser reconocida con el Nobel, tan solo su libro Voces de Chernóbil había sido traducido al castellano. Y, aun así, su obra había pasado prácticamente desapercibida, sin despertar la curiosidad de los lectores hasta la producción de HBO. En esta línea, ¿a cuántas de las otras galardonadas tenemos el placer de conocer a pesar de haber recibido un premio “tan aclamado” como el Nobel de Literatura? ¿Cuántas de sus obras se han convertido en lectura obligatoria? A pesar de que vivamos en un momento en el que la irrupción de las plataformas en streaming y la televisión online tiene un protagonismo primordial, es para reflexionar que HBO, Netflix o Movistar + sean el punto de partida para conocer a estas y otras mujeres que han marcado nuestra historia reciente.

María Cano Rico