La interdependencia y el equilibro en las relaciones

Desde la puesta en marcha de Innuba, hace cuatro años, hemos acompañado a diversas organizaciones hacia su propósito de lograr un mayor impacto social. Un camino que nos ha llevado a detectar de forma generalizada una ausencia de una mirada sistémica profunda que construya vínculos y relaciones positivas.

Más allá de incorporar procesos colaborativos, romper silos, o trabajar en proyectos transversales, es clave que cada persona se sienta participe de un sistema más grande que sí misma, que le necesita y valora, celebrando así el valor de la interdependencia para multiplicar impacto y las ganas profundas y auténticas de “enricrecimiento colectivo”.

El viaje hacia esta consciencia sistémica exige paciencia, desaprender viejas creencias y permitirnos trabajar con la incertidumbre. Desde este contexto, y con el propósito de alcanzar el triple impacto positivo (ecológico, económico y social) que per se es holístico e interconectado, invitamos a las organizaciones a incorporar en su enfoque cultural una mirada integral basada en tres máximas.

La primera es que queremos sentirnos parte de algo más grande, no estamos solos. “Todo tiene que ver con todo y todos tenemos que ver con todos”.

El sentido de pertenencia lo aprendemos e integramos cuando nos incorporamos a cualquier familia y nos aporta seguridad y fuerza para seguir caminando. Si una organización nos plantea reglas ancestrales ya cerradas donde hay mucho control, la única forma de pertenecer a ella es obedeciendo y ubicándome así en un rol de sumisión que no me permite crecer. En el otro extremo, si una organización es demasiado abierta, donde no hay contención ni limites, nos sentimos perdidos y nos inventamos reglas de supervivencia de forma aislada y desconectada del resto. En este sentido, ofrecer un espacio equilibrado al que pertenecer es hoy uno de los principios básicos para una cultura sana y positiva que pretende inspirar lideres transformadores y positivos

En segundo lugar, queremos tener claro nuestro rol en la jerarquía. “Yo en mi lugar tengo fuerza. Si ocupo el lugar que no me corresponde me apago”.

Escuchar las motivaciones profundas de cada persona para ayudarla a ubicarse donde le corresponde en el sistema evita confusiones, conflictos y garantiza un alineamiento del equipo sostenible y positivo.

Por último, queremos establecer un flujo de dar-recibir equilibrado. “Solo puedes dar si primero has tomado”.

En una sociedad cada vez más compleja, una de los principales desafíos que tienen las organizaciones es transmitir credibilidad y confianza. Cuando el conjunto de stakeholders clave de una empresa siente que “dan” más de lo que reciben, el sistema se ve afectado por emociones de resentimiento y frustración que impiden el compromiso y afectan de forma clave a las motivaciones más profundas.

En síntesis, conseguir que clientes, socios, proveedores y empleados no se sientan meros invitados y lograr que cada uno forme parte de un sistema confiable es hoy uno de los principales retos a los que se enfrentan las empresas si quieren lograr, de forma auténtica, un impacto positivo en el planeta y las personas.

María García Crespo

CEO de Innuba