Esta pandemia no nos ha cambiado a todas y a todos en lo esencial, pero sí que nos ha hecho reflexionar sobre muchos aspectos que hasta ahora se nos había pasado por alto. Es decir, valoramos cosas que antes quizá estaban en un segundo plano, como la importancia de la salud por encima de todo, la necesidad de contar con profesionales preparados, el impacto de las iniciativas solidarias, la ciencia y la innovación como respuesta a todo, el valor de la información, la tecnología, que nos ha permitido estar más cerca de los que teníamos lejos, la cultura, importantísima, que nos ha hecho llevar mejor psicológica y anímicamente esta situación insólita y colectiva que llegó de la noche a la mañana, y un largo etcétera.

En el ámbito laboral y empresarial, nuestra sociedad también tuvo de pronto que adaptarse a una situación nueva, sin tiempo para prepararse: teletrabajo, cambio en la forma de comunicarse, reinvención de muchos sectores para capear la crisis… todo ha cambiado desde que se decretase el estado de alarma el 14 de marzo y sigue haciéndolo día tras día. Es más, es difícil que volvamos al punto al que nos encontrábamos a principios de año. Con todos estos cambios, resulta más importante que nunca no olvidar que los valores básicos deben permanecer, que no podemos dejar a un lado nuestra lucha y todo el trabajo que llevamos haciendo desde hace años en el área del feminismo empresarial.

Ese es precisamente el marco de acción en el que se centra la asociación feminista Mujeres Avenir, a la que represento como presidenta, una asociación de amistad hispano-francesa de la que forman parte un grupo de directivas de sectores muy diversos con una cosa en común: juntas trabajan para lograr que la igualdad sea real y efectiva en las empresas y que todos los empleados y empleadas, sea cual sea su condición, su origen, su orientación sexual y, por supuesto, su género, trabajen en las condiciones óptimas, y en igualdad.

Pero ¿qué ocurre con esta lucha después de una pandemia como la que estamos viviendo? Es especialmente importante ahora aferrarnos a la defensa de estos valores, en este momento de cambio mucho más que nunca. Simplemente porque esto es lo que va a determinar nuestro futuro. Ahora -y no después- es cuando vamos a asentar los puntos para el mundo que queremos dejar a nuestros hijos y nietos. Y nosotras, desde la asociación, queremos dejarles un mundo igualitario, en el que no haya discriminación y que todos tengan las mismas oportunidades y derechos laborales.

Por causa de la crisis del COVID-19, en cierto sentido la sociedad ha cambiado en la forma de ver a la mujer. Así que, somos muchas las personas que trabajamos desde el minuto uno de esta pandemia para romper el círculo vicioso de la desigualdad, conscientes de lo que la mujer, desde la perspectiva feminista, ha luchado y ha conseguido cambiar la sociedad. Por eso, desde ese punto de vista, la lectura que hacemos es positiva.

Lograremos este cambio haciendo las cosas juntos y juntas, y el mundo institucional, empresarial y social han de trabajar unidos para luchar contra las injusticias. Actuando así, volveremos a una relativa “normalidad” cuando todo esto pase, y quizá sea una más justa, más igualitaria y más humana. Si algo positivo ha tenido esta situación es que nos hemos dado cuenta qué es lo importante de la vida y quizá en estos meses hemos tenido tiempo para parar, pensar y reconducirnos. Vivíamos en un consumismo alocado, sujetos a trabajos, a compromisos, a compras masivas, en la mayoría de los casos con tantas obligaciones que no nos quedaba tiempo para disfrutar de los nuestros. Si este tiempo ha servido para darnos cuenta de que realmente lo importante es lo simple, que el tiempo es lo más valioso que hay y que las personas somos lo importante, aprovechémoslo. Es una oportunidad perfecta para ganar en el entorno laboral, en aspectos como la conciliación.

Por ello, Mujeres Avenir no ha parado de trabajar durante este tiempo para cumplir estos valores y hemos retomado -aunque de forma telemática- nuestros eventos, que reúnen a ponentes de gran nivel y ofrecen una visión desde multitud de prismas, para que las conclusiones y los análisis sean lo más ricos posible. Porque estamos en un momento de analizar, de cambiar, de fijar un futuro, de establecer políticas feministas para poder salir adelante de la crisis, como comentó Cristina Gallach, Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, que nos acompañó durante el primer evento de Mujeres Avenir tras decretarse el estado de alarma.

En este acto también nos acompañaron María Blasco Marhuenda, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que además forma parte de nuestro Consejo Asesor, y recalcó el papel crucial de la ciencia para haber podido contener la pandemia y salvar tantas vidas. No ha sido sino la ciencia la que ha hecho que la sociedad haya podido defenderse y, quizá en el futuro, cuando vengan nuevas amenazas, esté más desarrollada y pueda hacerlo mucho más rápido. La ciencia es esperanza y desde Mujeres Avenir también queremos animar a las mujeres a empezar carreras científicas y tecnológicas, ya que la ratio aún es muy baja, con respecto a los hombres. Uniendo nuestra inteligencia, no renunciando al talento femenino, que es el del 50% de la población, haremos esta sociedad más fuerte y mejor para todos y todas.

Esta crisis ha afectado -y afectará- a los grupos más vulnerables. Y, además, impacta más a las mujeres. Hemos visto horrorizadas cómo ha crecido la violencia de género. Aunque la lucha ha sido de todos, son sobre todo las mujeres las que han tomado el timón, como señaló María Lourdes Arastey Sahún, Magistrada de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo, recordando que, en la sanidad y la atención a los mayores, en la asistencia al domicilio, la limpieza o las cajeras de los supermercados, las profesionales son mayoritariamente mujeres. Lo triste de todo esto es que también son las que sufren más precariedad laboral, normalmente peor pagadas y con un mayor índice de contratos temporales. Y más ahora, que se avecina una dura crisis, de hecho, no ha habido otra igual en España desde la Guerra Civil, como estimó Mar Gallardo Mateo, líder de Diversidad de inclusión y auditora de cuentas en PWC, miembro además de nuestra junta directiva. Por eso, si hay un momento de luchar con todo lo que tenemos, tiene que ser este.

Es en los momentos difíciles cuando las grandes desigualdades reaparecen, como dijo Ana de Miguel Álvarez, Catedrática de Filosofía Moral y Política y destacada feminista, y sí, tiene razón, el trabajo tiene que continuar porque aún vivimos en una estructura social anclada en el pasado, ¿seremos capaces de aprovechar esta crisis para cambiar esto?

Después de todo lo que está ocurriendo, solo una conclusión está clara, y si antes lo estaba, ahora más que nunca: en ninguna circunstancia, y menos en tiempos difíciles, puede parar el trabajo de lucha por la igualdad.

María Luisa de Contes

Presidenta de la Asociación de Amistad Hispano Francesa Mujeres Avenir, vicepresidenta del Club Financiero Génova y vicepresidenta de las Alianzas Francesas en España