Este año estamos de celebración en Galletas Gullón, la compañía que presido. Cumplimos 125 años desde que el fundador de esta galletera, Manuel Gullón, comenzase a producir, junto a otras familias emprendedoras, las primeras galletas que se hornearon en nuestro país.

A finales del siglo XIX, un grupo de emprendedores decidieron introducir un producto de origen inglés -la galleta- en España. Estas familias, asentadas en Aguilar de Campoo, hornearon las primeras galletas españolas aprovechando la posición estratégica de esta localidad palentina, con acceso a cereales de calidad de los campos castellanos y al azúcar que llegaba a España a través del puerto de Santander.

Desde aquel momento, han sido numerosos los avatares vividos por la compañía, desde la difícil supervivencia durante la Guerra Civil hasta el reto que supuso la progresiva mecanización de los hornos tradicionales de nuestra fábrica original. Pero, sin duda, el hito fundamental para entender el crecimiento de Gullón lo encontramos en la década de los 80. En aquellos años apostamos por un nicho de mercado al que nadie se había acercado hasta ese momento: la galleta-saludable.

Comenzamos a producir galletas elaboradas con grasas vegetales, algo muy novedoso en el sector, y lanzamos la primera galleta integral de España. Inmediatamente recibimos el respaldo del mercado, en pocos años su consumo aumentó notablemente y, con ello, las muestras de agradecimiento de muchos consumidores a los que estábamos ofreciendo un producto saludable, de calidad y a un precio muy asequible. Fue lo que en aquel momento se denominó ‘dietética popular’.

A estas primeras galletas saludables le siguieron otras muchas más. Lanzamos las primeras sin azúcar y sin sal; poco después sacamos al mercado galletas con fibra soluble, insoluble o sin lactosa; y más tarde las sin gluten, sin alérgenos, con omega 3 y 6, o las ecológicas… y así hasta un larguísimo catálogo de productos con numerosas cualidades y un denominador común: todas ellas son galletas innovadoras y de gran valor añadido.

El desarrollo de todos estos productos no es fruto de la casualidad. En Gullón invertimos alrededor del 2% de nuestra facturación en I+D. De esta forma, hemos podido participar a lo largo de los últimos años en más de 20 proyectos de investigación junto a universidades, centros tecnológicos y empresas punteras en su sector, lo que nos han permitido crear productos con cualidades saludables específicas para las necesidades de determinados consumidores que hasta ese momento no existían en el mercado.

Pero más allá de recordar la historia de Gullón en una fecha como esta, este aniversario nos está sirviendo para pensar en los retos que tenemos de cara al futuro. Creo que, además de continuar en la senda de la innovación saludable, tenemos dos retos importantes por delante.

Por un lado, mantener el crecimiento de la compañía ajustado a estrictos criterios de sostenibilidad. En este sentido, por citar un ejemplo, al tiempo que aumentamos la capacidad productiva de nuestras fábricas, estamos implementando mejoras en la eficiencia energética de nuestros procesos de producción, así como en la gestión sostenible de las emisiones y residuos generados.

Y, por otro lado, queremos seguir consolidándonos como motor de empleo de nuestro entorno más cercano. Actualmente, damos trabajo a más de 1.400 personas, en su gran mayoría procedentes de Aguilar de Campoo y otras zonas limítrofes. Por tanto, una zona en la que es fundamental la generación de empleo y riqueza como forma de asentamiento de la población en el entorno rural.

De este modo, los binomios salud e innovación y sostenibilidad y empleo son los ejes que seguirán marcando el camino de esta compañía centenaria. Un futuro que a todas luces se presenta optimista y esperanzador gracias a una sociedad cada vez más comprometida con valores que en Gullón compartimos plenamente.

María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas

Presidenta de Galletas Gullón