Tengo dos grandes pasiones en mi vida: mi familia y mi trabajo, y quien me conoce sabe la gran intensidad con la que disfruto de las dos vertientes. Soy Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Sevilla y Máster en Dirección Comercial y Marketing, ocupo desde hace dos años un puesto de responsabilidad nacional en Hays como National Business Manager. El gran máster de mi vida ha sido aprender a organizarme y a compaginar la vida familiar y laboral, especialmente en estos dos últimos años, con el aumento de responsabilidad y viajes.

Considero que soy muy afortunada por haber trabajado en grandes multinacionales donde prima la meritocracia antes que factores subjetivos y donde los resultados marcan el crecimiento independientemente del sexo, creencias, origen, etc. Pero conozco de cerca otras mujeres que no han tenido tanta suerte en este aspecto. Mujeres que trabajan en sectores industriales que, además de sus responsabilidades, tenían un trabajo extra “no remunerado” y de “jornada completa”: demostrar que ellas también valían, que podían y que se merecían el mismo salario… Esta desigualdad, junto con la falta de conciliación, puede llevar en casos extremos a abandonar una carrera profesional, perdiendo un gran activo en el mundo laboral: el talento femenino.

Según el estudio publicado por Hays ‘Ambición Femenina. Oportunidades de Desarrollo Profesional’, se ha demostrado que las empresas con mayor diversidad de genero son más rentables, y la realidad es que sólo el 79% de los dirigentes empresariales del mundo son hombres. La diversidad potencia el buen ambiente laboral, la motivación de los empleados y tiene un impacto directo sobre los beneficiIMG_0459os de la empresa, pero la percepción del hombre y de las mujeres en Comités de dirección  tienen que estar en línea para que realmente ocurran cambios y mejoras.

Según el Estudio, sólo el 52% de las mujeres encuestadas piensan que hay igualdad de género en sus empresas frente al 79% de hombres. Probablemente sea el primer desafío al que tengamos que enfrentarnos, ya que sin su apoyo será muy difícil encontrar equilibrio de género en el mundo laboral.

Pero, ¿Qué medidas podemos tomar? Recientemente acudí a un encuentro donde se debatía el tema de “cuotas sí, cuotas no” y realmente pienso que estas leyes seguirán manteniendo a las empresas alerta para que la diversidad continúe. Pero necesitamos que los cambios sean voluntarios y vengan de la propia creencia del empresario para que pueda poner en marcha medidas que le ayuden a que la mejora sea realmente sostenible y duradera en el tiempo. Me refiero a medidas como el cambio de liderazgo: necesitamos empresas que valoren a sus empleados por su trabajo, productividad y no por ocupar una silla X horas al día. Para ello, es necesario tener un sistema que ayude a los directores y empleados a medir el rendimiento y a valorar el trabajo bien hecho a tiempo. La flexibilidad horaria es una medida importante para poder compaginar las responsabilidades personales con las laborales y es posible si existe un sistema de objetivos y además algo muy importante: la confianza. Es necesario tener equilibrio así como fomentar el crecimiento y la ambición femenina. Al mismo tiempo, recomiendo a las mujeres que sean fuertes, persistentes, que persigan sus sueños y que cuando lleguen a puestos de dirección, que alienten y fomenten el desarrollo de otras mujeres.

Mariana Spata
National Business Manager de Hays