La brecha salarial y la desigualdad de género en el trabajo están en boca de todos últimamente, generando diversas opiniones. El 62% de los licenciados españoles son mujeres y, sin embargo, aún estamos muy lejos de lograr la igualdad en el mercado de trabajo. Tanto a nivel de oportunidades como a nivel salarial, las diferencias entre hombres y mujeres siguen siendo notables.

Noelia de Lucas, HaysRecientemente, en Hays, hemos realizado una encuesta sobre este tema, y uno de los resultados que más me llama la atención es que las mujeres somos igual o más ambiciosas que los hombres, pero nuestra ambición tiene un límite autoimpuesto: aspiramos a puestos directivos pero nos da miedo asumir la responsabilidad total y alcanzar la dirección general, con un porcentaje que pasa del 45% al 13% de mujeres que quieren llegar a dichos puestos. ¿Por qué?

La razón principal es la falta de corresponsabilidad en el cuidado de la casa que, actualmente, sigue recayendo principalmente en la mujer (4,5 horas al día frente a las 2,5 horas que dedican los hombres). En un acto de conciencia y realidad, asumimos que no seremos capaces de llegar a todo y renunciamos a llegar a lo más alto en nuestra carrera profesional.

Es por eso que una de las primeras acciones para conseguir la verdadera igualdad pasa por romper el cliché de que la conciliación es cosa de mujeres, cuando es una cosa que beneficia a todos. Debemos educar en la corresponsabilidad, ya que la auténtica conciliación reside en pactar con la pareja la distribución de las tareas familiares según las exigencias profesionales de cada uno en los diversos momentos de la carrera.

Si, en vez de eso, focalizamos la conciliación solo en las mujeres, una medida positiva se nos vuelve en contra como un boomerang. Lo demuestra el estudio de Hays ya que, aunque el 94% de las mujeres considera que es importante tener trabajo flexible en la empresa, el 51% de ellas considera que optar a esta forma de trabajo puede limitar su carrera profesional, algo a lo que sOlo el 34% de los hombres tiene miedo. Nos aferramos al presentismo pensando que si no nos ven por la oficina pensarán que no llegamos a todo, que no somos capaces.

Esto me remite a otra cuestión que se debe mejorar en las empresas: si realmente queremos ser iguales, y hasta justos, con todos, es necesario, no solo por un tema de igualdad entre géneros sino por una cuestión de eficiencia y mejor funcionamiento de las empresas y sus empleados, cambiar los actuales sistemas de evaluación que analizan las posibilidades de promoción de los trabajadores. Necesitamos incorporar una evaluación homogénea basada en la consecución de objetivos previamente pactados y medibles, en la efectividad del empleado y en las tareas realizadas, de forma que todos los empleados puedan ser valorados siguiendo los mismos criterios.

Asimismo, la solución para corregir la desigualdad de género no reside tanto en aplicar cuotas de discriminación positiva, sino en fomentar un cambio en todo el proceso de selección que permita incluir a más mujeres en dichos procesos para contar con la máxima base de talento sobre la que escoger al candidato adecuado para la posición vacante.

Es cierto que en los últimos años el tejido empresarial español, sobre todo formado por pymes, ha estado luchando por sobrevivir y superar la crisis económica, con razón, aparcando la implementación de políticas de igualdad. Sin embargo, ahora que dejamos atrás la recesión, encontramos que la diversidad de género es una prioridad para los responsables de Recursos Humanos, pero no para los directivos de las empresas. No son conscientes de que se están perdiendo la mitad del talento disponible, que resultaría altamente beneficioso para su compañía.

Como sociedad debemos seguir fomentando el talento, y eso pasa por incluir a todos los posibles candidatos para no prescindir de nadie que pueda aportar valor y hacernos mejorar a todos.

Noelia de Lucas

 Directora Comercial de Hays España