El mes pasado vivimos el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, más reivindicativo de la historia con la primera huelga general feminista exigiendo la igualdad de géneros en todos los ámbitos de la sociedad. A nivel profesional, en la empresa familiar, hay que reconocer que se ha avanzado mucho. En los últimos 50 años, las mujeres han pasado de no participar en el negocio familiar o de hacerlo solo para calmar las tensiones familiares a tener un rol muy activo en él. Ahora contamos con mujeres en el seno de la empresa familiar, muy preparadas y formadas, con los dotes de liderazgo y las competencias necesarias para dirigir el negocio y que, además, generalmente, tienen más facilidad para la comunicación y para gestionar las emociones que sus compañeros. Todo ello contribuye, sin duda, a una mejor gestión de la empresa familiar.

_DSF3275Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar la plena igualdad y para que las mujeres tengan el mismo reconocimiento que los hombres. Lamentablemente, en los negocios familiares, las mujeres todavía se suelen encontrar con más obstáculos que sus familiares varones, tanto a nivel profesional como dentro de su propia familia.

Uno de los momentos en los que esto se hace más evidente es durante el relevo generacional. En algunas empresas familiares sigue existiendo una cierta preferencia por los hijos varones para continuar con el negocio, sobre todo en zonas rurales y en pequeñas ciudades. Todavía hay algunos padres que siguen sin ver a sus hijas como las herederas del negocio y como sus sucesoras al frente del mismo, a pesar de que ellas se hayan preparado académicamente y profesionalmente durante años para ello. Por esta razón, eligen al sucesor varón, por criterios de género y por la creencia de que los hombres podrán dedicar más tiempo al negocio que las mujeres, más encargadas de la familia. Esto suele crear una sensación de desmotivación muy fuerte en las mujeres que trabajan en la empresa familiar, ya que acaban por no ver reconocidos sus méritos ni satisfechas sus aspiraciones.

La maternidad es otro de los momentos en los que las mujeres se encontrarán con más dificultades en la empresa familiar. Aunque los negocios familiares podrían parecer más flexibles en lo que a conciliación familiar se refiere, todavía hoy en día persiste la creencia de que las mujeres deben tener una mayor implicación en cuidar de la familia que los hombres. Es por esta razón que conseguir conciliar el trabajo en la empresa familiar con la maternidad y hacerlo siendo igualmente respetada en el negocio familiar no es fácil y, de hecho, en ocasiones, es la misma familia la que presiona a la mujer que se encuentra en esta situación.

Otras trabas que normalmente deben afrontar las mujeres en la empresa familiar son hacer valer sus opiniones, conseguir el mismo respeto que los hombres, demostrar su talento sin autoimponerse límites, llegar a ocupar lugares de responsabilidad o posiciones directivas, que se deje de asociarlas a los roles familiares, que se las anime a entrar en el mundo de la empresa familiar desde pequeñas y se las forme para ello y que desde jóvenes se las informe de los temas relacionados con el negocio, entre otras.

Como decíamos al principio, se ha avanzado mucho, pero viendo todas estas dificultades añadidas con que todavía se encuentran las mujeres en la empresa familiar, solo puedo acabar este artículo proponiéndoos que sumemos esfuerzos para desterrar de una vez por todas estas barreras en pro de la igualdad de oportunidades y que reconozcamos a las mujeres, así como ya hacemos con los hombres, su gran papel en la empresa familiar.

Ricard Agustín

Fundador de Family Business Solutions y consultor de empresa familiar