En los últimos años, se ha podido apreciar cómo se ha producido un cambio en la demanda competencial del perfil directivo hasta llegar al actual. La reciente crisis económica global y la revolución tecnológica han hecho evolucionar las skills que requiere un directivo de hoy, en contraposición a las exigidos en el último cuarto del siglo XX.

Todos tenemos la imagen del clásico directivo de perfil sharky, poco empático, falto de comunicaciónIMG_1659 y orientado a objetivos muy individualistas, que tomaba decisiones y contemplaba su ejecución como un agente pasivo. Enel  momento actual, esta definición ya  no es  un referente, aun cuando la cualificación técnica de la persona pueda ser la adecuada. La capacidad de análisis, planificación y control, tan requerida hace unos años en un líder, resulta insuficiente para los retos actuales.

El directivo de hoy, además de la cualificación técnica, ha de estar orientado a la innovación, ha de tener capacidad para transformar la compañía ante nuevos retos futuros y ha de tener una serie de competencias adicionales  tendentes  a  establecer  relaciones  de  confianza  y  transparencia  con  los diferentes stakeholders (clientes, empleados, accionistas y, prácticamente, la sociedad en general). Para ello se le exige un elevado conocimiento regulatorio del sector en  el que desarrolla su actividad, una alta capacidad de comunicación y una eficaz gestión de equipos (ni mucho menos una actitud menor con respecto de las otras, como veremos a continuación).

La gestión de equipos cobra especial relevancia dentro de las competencias requeridas al directivo del momento. El directivo actual ha de ser líder, tener capacidad de empatizar e influir en las personas para extraer lo  mejor de ellas y desarrollar una inteligencia emocional que le permite penetrar en el equipo y moverlo hacia el punto objetivo que garantice el éxito de los proyectos. Se requieren líderes agentes del cambio, que actúen con convicción y que movilicen a la acción.

La puesta en práctica de todas estas aptitudes crea un ambiente positivo que conlleva a desarrollar el compromiso e implicación de los miembros de un equipo logrando, de esta manera, incrementar la productividad.

Los retos de futuro nos llevan, por necesidad y por coherencia, a demandar directivos que reúnan todas estas competencias de manera equilibrada y sin perder nunca el foco en el negocio y los resultados.

Silvia Gallart

Manager Área Finance & Corporate

Spring Professional (Grupo Adecco)