Hablemos sin pudor y, sobre todo, sin sentirnos mal por hacerlo. Llevo toda la vida escuchando las mismas frases: “eso no lo hace una señorita o esto no es de señorita”,  pero nunca nadie me explicó qué es «ser una señorita» y cuando lo hacen, disculpad, pero me tengo que reír porque siento que nunca lo seré.

A continuación, os detallo una breve lista de cómo podríamos definir esa frase:

– Ser una señorita es no quejarte si tienes la regla. Total, llevas toda la vida con ella y ya deberías estar habituada a los dolores y a «estar loca», porque así definen nuestros cambios hormonales.

– Ser una señorita es no creerte que vales y, por supuesto, no decirte a ti misma un halago porque sería de prepotente, nunca de persona que se ama así misma. Sin embargo, un hombre si puede admitir cuando hace algo bien e incluso la sociedad le aplaude. Para que en una mujer ocurra debe demostrarlo y con creces.

– Ser una señorita es esperar a que te escriba el chico, no puedes tontear con dos a la vez porque mejor omito como te definirían si lo haces. Tampoco puedes admitir que eres sexualmente activa o que te masturbas, porque eso una mujer no lo hace, bueno mejor dicho, no debe confesarlo. Curioso ¿verdad? cuando estamos habituados a que los hombres alardeen de ello. Tampoco puedes decirle que eres activa sexualmente y te masturbas porque eso una mujer no lo hace; bueno, mejor dicho, no debe confesarlo.

– Ser una señorita es no decir palabrotas, morderte la lengua cuando te acosan en un bar o te dicen algo que no te gusta.

– Ser una señorita es ponerte unos taconazos insufribles  para salir porque sino no estás tan guapa y  te etiquetan de «poco femenina», otra frase de la sociedad que nos lastra. Quizás no comprenden que ser femenina no va en la estética o cuidados sino en ser fiel a tus principios y valores.

– Ser una señorita es sentarte «más tiesa que un palo» y no vayas a descruzar las piernas aunque revientes de dolor.

– Ser una señorita es no oler nunca mal aunque hayas hecho deporte porque usarían la frase «huele peor que un hombre».

– Ser una señorita es, en definitiva, actuar como la sociedad le impone a la mujer, pero si yo no soy así entonces, ¿qué soy?

Me pregunto si llegará el día en el que la mujer pueda hablar con franqueza y sin utilizar la palabra «perdón» cuando nos mostramos sin tapujos ni necedades de una sociedad que dicen que es evolucionada. Intento comprender que nos diferencia de los hombres y sólo llego a la siguiente conclusión: ellos pueden ser y decir libremente; nosotras debemos no ser y callar, porque el mundo no está preparado para las mujeres que tienen luz y son libres.

“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.  Virginia Woolf

Sonia Macías
Ultrafondista y co-creadora de La Princesa del Desierto
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