«La búsqueda de alianzas resulta primoridal»

Los estudios sobre la ocupación de mujeres en puestos directivos, diferencia salarial y visibilidad como emprendedoras muestran un techo de cristal que va más allá de los estereotipos sociales  que imponen unas barreras difíciles de superar. Estas barreras son todavía más férreas cuando hablamos del colectivo de mujeres con discapacidad, en tanto que sufren una doble discriminación a la hora de incorporarse al mercado laboral.

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado las cifras sobre el empleo de las personas con discapacidad correspondientes a 2015. Desde el punto de vista de género, nos muestra que las mujeres con discapacidad tenían menos presencia activa en el mercado laboral. No obstante, su tasa de actividad estaba más próxima a la masculina que en la población sin discapacidad (33,1% frente a 34,4%). La tasa de empleo de los varones con discapacidad superó en un punto a la de las mujeres. Para el resto de la población de 16 a 64 años, la diferencia fue de 11,8 puntos. Por su parte, la tasa de paro de las mujeres con discapacidad en 2015 (31,1%) fue superior a la de los hombres (30,9%). Para las mujeres sin discapacidad también fue mayor, en una cuantía ligeramente superior. Además, las tasas de paro se redujeron tanto para los hombres con discapacidad (1,8 puntos menos que en 2014), como para las mujeres (1,6 puntos menos).

Por otro lado, desde 1988, Fundación ONCE cuenta con un programa de emprendedores con discapacidad, que nos ha permitido dar apoyado a más de 1.500 proyectos. Sobre esta base hemos realizado un análisis para conocer los frenos y palancas del emprendimiento entre las personas con discapacidad. Así vemos que los emprendedores son principalmente hombres (un 64%), y globalmente la tasa de supervivencia es mayor a la de la población en general.

Con el objetivo de revertir esta situación, desde nuestra entidad ponemos en marcha diversos programas e iniciativas que actúan sobre elementos que consideramos palancas de cambio. Entendemos que estas actuaciones no debemos de realizarlas solos sino que tenemos que ir acompañados por aquellas organizaciones líderes en cada uno de los campos en los que queremos trabajar e impulsar. Este es el caso de FEDEPE.

Por diversas razones, la ausencia de mujeres en puestos de dirección no es algo exclusivo de las mujeres sin discapacidad sino que también nos afecta al colectivo de mujeres con discapacidad. En los distintos programas e iniciativas que ponemos en marcha desde Fundación ONCE tenemos en cuenta la variable de género, pero no es suficiente y nos damos cuenta de que la brecha entre hombres y mujeres sigue existiendo. Por lo que la búsqueda de alianzas resulta primordial para poder hacer frente a los problemas de una manera transversal y global, que abarque las distintas caras de un tema poliédrico como éste.

Nuestra alianza con FEDEPE es una relación consolidada gracias a la cual venimos trabajando conjuntamente para favorecer la visualización de las mujeres con discapacidad, así como su puesta en valor. Un ejemplo de ello es una jornada de liderazgo que tuvo lugar a mediados de diciembre, celebrada en la Fundación Rafael del Pino, y que se centró en ensalzar los valores de la superación, el espíritu de sacrificio y la capacidad de reinvención de la mujer, sin ningún tipo de limitación, para alcanzar el liderazgo y en la cual intervinieron dos deportistas paralímpicas como son Carla Casals y Marta Gómez.

A lo largo de este 2017 pondremos en marcha otras iniciativas, como el programa de mentorización de emprendedoras con discapacidad que estoy segura dará importantes resultados a corto y medio plazo.

Teresa Palahí

Secretaria general de Fundación ONCE