Hay aprendizajes de los momentos complicados que se quedarán

El impacto de la crisis en mi vida ha ido creciendo mientras pasaban las semanas. Al comienzo, todavía con esa sensación de distopía que compartíamos muchos, hablamos mis hijos y yo para organizar las tareas y rutinas básicas que me permitiesen seguir con mi trabajo y a ellos con la nueva realidad en la universidad. Estamos comiendo más sano y disfrutando de la cocina, variamos el menú con platos que echamos de menos de nuestros viajes por distintos países. Es impresionante lo que evolucionas con la práctica, llegamos a preparar un delicado pastel de queso japonés y barriga de cerdo al estilo oriental.

Ese frenazo obligado en el ritmo acelerado que tenía, me ha dado la oportunidad de pensar, dedicar una mirada más atenta a mi gente y a mi trabajo. El tiempo extra del que dispongo, lo estoy dedicando a hablar con la gente que quiero, al arte y a la literatura, temas que estaban algo relegados a un tercer plano.

La crisis coincidió con un nuevo cambio importante en mi función: pasé de liderar un equipo ágil de unas 25 personas, con proyectos rápidos con tecnologías emergentes, a hacer parte de la espina dorsal de la empresa, trabajando con grandes profesionales y proyectos de mucha envergadura. La cuarentena en esta fase de cambios está siendo útil porque puedo invertir el tiempo de traslados ahorrado para leer y aprender en profundidad sobre el nuevo negocio donde estoy; compensando la falta de interacción en la oficina con calls, charlas y cafés virtuales.

En Fujitsu, ya disfrutábamos del teletrabajo parcial, lo que allanó el camino y rápidamente empezamos a trabajar prácticamente todos en remoto, siendo capaces de ayudar a muchas empresas a hacer lo mismo y manteniendo el nivel de atención a los servicios de nuestros clientes, algunos de ellos clave para la sociedad española en ese momento.

La pandemia reveló nuestra mejor cara, el liderazgo en la era digital se hace a través de la comunicación y entre personas, nos preocupamos, empezamos las reuniones preguntando con sinceridad por el bienestar de todos y respetando la situación especial de cada uno. Comprendemos con naturalidad que un niño aparezca de vez en cuando en pantalla o que algún compañero tenga que retrasar la reunión por un imprevisto.

Avanzamos muy rápido en la gestión de equipos de forma remota, cuidando mucho el foco en la salud y en los objetivos. Ahora que tenemos que empezar la vuelta, estamos en un punto de inflexión y seguiremos aprendiendo: hay que volver despacio a la llamada nueva normalidad, pero sin olvidar todo lo que hemos aprendido y en Fujitsu tenemos claro nuestro compromiso con la sociedad a largo plazo y la importancia de las personas. Las empresas que tienen este compromiso, trabajando con la tecnología para hacer que este sea un mundo mejor, se verán valoradas y reconocidas por el mercado y por el talento.

Las interacciones sociales y profesionales han sido virtualizadas y muchas de las prácticas de distanciamiento social seguirán. Este aprendizaje se quedará y reforzaremos esa base en los meses que tenemos por delante hasta que la crisis esté terminada y alcancemos un equilibrio de prioridades para vencer la crisis financiera.

La tecnología ahora mismo está en el centro de todo y está desempeñando un papel clave, ha sido puesta en valor por esta crisis. Las empresas han seguido trabajando y las personas hemos cambiado hábitos, relacionándonos y solucionando el día a día remotamente, haciendo la compra, la consulta al médico, el control de las cuentas, etc. De esos cambios, se quedarán los que mejoran nuestra vida.

Elenice Macedo

Business development-Market and Technology de Fujitsu