Las agricultoras y ganaderas hemos roto muchos techos de cristal en los últimos años. El trabajo de sensibilización de los consejos rectores y la formación de las socias, realizado por federaciones como Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, ha permitido que muchas mujeres se hayan desprendido de complejos infundados y hayan asumido las riendas de sus explotaciones, hayan aportado su opinión en las asambleas de sus cooperativas y hayan dado un paso adelante en los órganos de decisión de sus empresas, hasta sumar más de 250 consejeras en toda Andalucía, según datos del último Observatorio Socioeconómico del Cooperativismo Agroalimentario Español (OSCAE).

Una tercera parte de la base social de las cooperativas agroalimentarias en la comunidad autónoma son mujeres, pero apenas un 5% han accedido a los consejos rectores. Son todavía muchas las agricultoras y ganaderas las que siguen en un segundo plano, a pesar de compartir los mismos problemas y preocupaciones que el resto de productores. Fue precisamente este desequilibrio el que llevó hace dos años a un reducido grupo de profesionales agrarias, vinculadas a la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias, a impulsar la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, más conocida como AMCAE-Andalucía.

La asociación nació con el objetivo de trabajar para lograr una mayor presencia y participación de las agricultoras y ganaderas en los órganos de decisión y dirección. A lo largo de todo este tiempo hemos dedicado muchas horas a reforzar los conocimientos económicos y jurídicos, así como las habilidades directivas y relativas a la comunicación de las cooperativistas andaluzas para que avancen en sus empresas con garantías de éxito. Además, hemos conseguido crear una red de contacto entre profesionales agrícolas y ganaderas, en la que el intercambio de experiencias e inquietudes nos ha permitido afianzar las bases del cooperativismo agrario andaluz desde un punto de vista femenino.

La junta directiva de AMCAE-Andalucía, asociación que tengo el honor de presidir, está convencida de la importancia de promover asambleas y consejos rectores más plurales y equitativos, en línea con los principios básicos del cooperativismo. Cuantas más mujeres hagan oír su voz en las asambleas, cuanto más diversos sean los órganos de decisión, mayor probabilidad de éxito y potencial de crecimiento tendrán las cooperativas andaluzas.

No olvidemos que para que nuestras empresas sigan creciendo y reafirmen su liderazgo en el sector agroalimentario necesitamos mantener el medio rural. En este sentido, las cooperativas deben atraer talento, joven y femenino, para que las familias se establezcan en nuestros pueblos y se impulse el desarrollo de nuestro entorno rural.

Sin embargo, las buenas intenciones de AMCAE-Andalucía de nada sirven si no tenemos un respaldo real y material por parte de las administraciones competentes. Por ello, esta asociación seguirá llamando a todas las puertas necesarias para hacer del cooperativismo agroalimentario un modelo empresarial sostenible y garante de la igualdad.

Pilar Gómez Fernández

Presidenta de AMCAE-Andalucía