En la última década, los esfuerzos laborales se han volcado en la adaptación a la era digital. Desde un vigilante hasta un cirujano, todos tenemos que aprender nuevas herramientas tecnológicas que se han vuelto imprescindibles. Es cierto, el mundo es digital y los que no hemos nacido dentro de este nuevo ecosistema tenemos que adaptarnos.

Pero se nos olvida algo. Estamos siendo cortoplacistas. Estamos aprendiendo herramientas que dentro de muy poco, cualquier modelo de Inteligencia Artificial podrá replicar en mayor escala y a un coste mucho menor para las empresas. Como profesionales y como empresas, se nos está olvidando algo muy importante, aquello que todavía no está previsto, que ninguna Inteligencia Artificial pueda sustituir, una herramienta que está en nuestros orígenes como seres humanos: nuestra creatividad.

InnovacionInterior_11DICEs cierto que ya existen programas de Inteligencia Artificial que pueden escribir poemas, componer música o incluso reproducir con exactitud obras pictóricas, pero todavía no existe nada que pueda reproducir la capacidad creativa del ser humano. La explicación es sencilla, la Inteligencia Artificial no puede improvisar, no puede aportar soluciones sorprendentes e inesperadas, no puede reproducir la conciencia humana.

Y es que nuestra creatividad no es solo una forma artística de crear cosas, es una forma diferente de interpretarlas y de abordarlas. En nuestra capacidad creativa interviene algo tan intangible como es la “actitud” que pones ante tus retos profesionales. Tiene que ver con cualidades tan humanas como la empatía, la visión o la intuición, algo que se procesa en el cerebro emocional, difícil de trasladar a la inteligencia artificial.

El valor de un profesional será medido por todo aquello que no sabrá hacer ningún robot, como ser creativo.

Parece que todavía no hemos tomado conciencia de todo esto y nos dejamos llevar por una inercia social que nos obliga a “reciclarnos” exclusivamente a nivel tecnológico, sin ser conscientes de que también tenemos que prestar atención a otras formas de desarrollo profesional que nos capacitarán a medio y largo plazo y nos diferenciarán dentro del entorno laboral. Esto no quiere decir que tengamos que dejar de adaptarnos a este entorno tecnológico que es una realidad, sino que dentro de esta adaptación también tendremos que entrenarnos en otras capacidades, como nuestra capacidad creativa.

Imagino que si estás leyendo esto y piensas que no eres creativo, puedes procesarlo de dos maneras. Puede que sigas pensando que nunca te tocará vivirlo. En respuesta a esto solo te diré que el mercado laboral está generando nuevas profesiones a una velocidad hipersónica y está eliminando otras a la misma velocidad. Las profesiones mecánicas serán sustituidas por las máquinas y las que serán más demandadas serán aquellas que le aporten lo que las máquinas no sean capaces de hacer, como pensar de manera creativa. Por otro lado, también puedes pensar que no tienes nada que hacer porque siempre pensaste que no eres creativo. La buena noticia es que todos nacemos creativos, lo único que te pasa es que estás desentrenado.

Afortunadamente puedes entrenar esta habilidad y cuanto antes empieces a hacerlo, antes empezarás a aportar diferencia a tu desempeño profesional.

Y antes las empresas empezarán a valorarte por ello, porque también a las empresas lo que les aportará valor es ofrecer soluciones diferentes y originales dentro de un mercado cada vez más cambiante y competitivo.

Eva Álvarez

Companies’ Creative Curato

Autora de Innovación Interior