Nos encontramos sin duda ante un cambio de paradigma en todos los ámbitos y sentidos de la vida. Y el liderazgo (empresarial, institucional, social…) no escapa a esta tendencia de transformación. El discurso de la nueva generación de líderes incorpora más referencias a lo colectivo y al bien común. Así lo pone de manifiesto “FUTURE LEADERS”, un innovador estudio que hemos impulsado desde LLYC con la colaboración de Trivu, para anticipar, a través de tecnología NLP e Inteligencia Artificial, el perfil psicosocial de los líderes del futuro de lengua hispana y portuguesa. Un análisis -se puede descargar aquí– de la huella digital y discursiva que, además, permite vislumbrar la evolución y el contraste con nuestros líderes contemporáneos.
Entre las conclusiones, destaca una mayor apelación a la mujer. La palabra “Mujer/es” se sitúa 12 posiciones por debajo en el ranking de los líderes actuales (posición 22º en contraposición a la posición 34º). Esto demuestra que la presencia y la apelación al género femenino está más instalada en los líderes más jóvenes. ¿Pero qué entendemos por un líder y cómo analizamos su potencial?
Los académicos americanos Bruce Avolio y Bernard Bass introdujeron en 1991 el concepto del liderazgo transformacional, un modelo que visualiza al líder como aquel que incorpora el trabajo en equipo para identificar un cambio necesario, crea una visión para guiar el cambio a través de la inspiración y ejecuta el cambio en conjunto con los miembros comprometidos de un grupo.
Partiendo de esta base, el proyecto “FUTURE LEADERS” ha identificado a 120 jóvenes de 12 países diferentes por su potencial desarrollo como líderes transformacionales, teniendo en consideración su tenencia de un propósito, su potencial movilizador y su capacidad de influencia. Cabe destacar que más de la mitad son mujeres (63), mujeres que están liderando a toda una generación desde distintos ámbitos, pero con un mismo objetivo: el bien común. Entre ellas, las españolas Alejandra Acosta (fellow del proyecto +SocialGood de la fundación de Naciones Unidas), Nerea Luis Mingueza (cofundadora de T3chfest), Maitane Alonso (investigadora e inventora premiada por el MIT), María Laín (activista medioambiental miembro de Fridays For Future) o Elvira Sastre (escritora y traductora literaria ganadora del Premio Biblioteca Breve 2019).
Un auténtico líder es capaz de conectar con las emociones de los ciudadanos, de demostrar con hechos en lugar de promesas, de generar un sentimiento de pertenencia y una sólida comunidad con un propósito compartido. Esa capacidad de movilizar y conectar desde la empatía, la cercanía y la humanidad es, sin lugar a dudas, representativa del liderazgo femenino.
Hay infinitos puntos de vista sobre lo que estamos viviendo, pero creo que, por el bien de todos, lo más conveniente es verlo como una oportunidad con múltiples vertientes. Y una de ellas concierne al papel que las mujeres, queremos desempeñar en este presente y futuro incierto que nos ha tocado vivir. En mi opinión, uno de los grandes aprendizajes de esta crisis es que se impone un nuevo estilo de liderazgo y la comunicación ha demostrado ser, una vez más, un elemento indispensable para el conjunto de la sociedad. Hay que fomentar la comunicación interpersonal y, como estamos viendo, la distancia física no es ninguna barrera para ello. Pero también me parece importante impulsar la comunicación intergeneracional.
Una comunicación englobadora, honesta, inteligente, innovadora y eficaz ayuda a generar confianza y entendimiento entre personas, empresas e instituciones, pilares sobre los que se asienta el progreso económico y social. Ello, unido a un liderazgo auténtico y con grandes dosis de humanidad, que piensa y trabaja por el bien común, es, sin duda, una combinación ganadora en esta época tan desafiante. Creo que es un buen aprendizaje para los tiempos venideros, un motor de oportunidades frente a las crisis.
Luisa García
Socia y directora general de LLYC en España y Portugal