Recientemente, las emprendedoras vascas hemos celebrado por primera vez el Día internacional de las Mujeres Emprendedoras con la iniciativa 11 Kafe, un world café simultáneo en varias localidades de Euskadi con el objetivo de visibilizar el emprendimiento liderado por mujeres, así como de “vernos” a nosotras mismas.
Múltiples conversaciones productivas han puesto nuestras necesidades en el centro. En ellas han surgido temas comunes, como la necesidad de visibilizar y crear nuevos referentes; la diversidad en la forma de entender el éxito, y la importancia de reforzar la autoestima para dar valor a nuestro trabajo. Son temas comunes que ya veníamos detectando y en los que trabajamos activamente en EmakumeEkin. El hecho de que hayan vuelto a salir a la luz nos reafirma en este propósito. Se trata de temas clave que hemos de impulsar a nivel individual, colectivo y administrativo, y también desde los medios de comunicación, cada cual desde su espacio de acción.
Así, 11 Kafe nos reafirma en que es imprescindible hacer visibles a las mujeres, a sus diversos modos de ser y de hacer empresa. En definitiva, crear nuevos referentes, mujeres que sirvan como guía, emprendedoras en las que vernos reflejadas. Sea cual sea el motivo por el cual las vemos como faro, los ejemplos de emprendedoras pueden estar en cualquier lugar: en el entorno cercano, en una conferencia, en un cuento de nuestra infancia o en el siguiente reportaje que leamos. Tú, que estás leyendo estas líneas, seguramente seas referente para otra mujer. Insistamos en hacernos visibles, atrevámonos a ser vistas, para inspirar y construir un nuevo relato.
La visibilidad va de la mano de una segunda clave: la diversidad. No solo en cuanto a estilos de liderazgo, sectores, aspiraciones o personalidades. También en cuanto a formas de ver el éxito. Cada mujer al frente de un negocio tiene sus motivaciones, sus deseos y necesidades y, por tanto, el modelo de éxito es personal e intransferible. Venimos de un modelo de éxito uniformado, basado solo en lo económico y, por tanto, muchas personas pueden no verse reflejadas en él. Dar voz a distintos modelos de éxito es crear una nueva cultura de hacer empresa.
Por último, en EmakumeEkin venimos detectando que poner precio al propio trabajo es un tema que no gusta abordar. No nos cabe duda de que debajo de este tema subyace una cuestión de género: la educación que hemos venido recibiendo las mujeres ha estado más centrada en animar a los cuidados gratuitos, la entrega y el amor. Y poco enfocada al dinero, el trabajo y la aventura. De ahí que haga falta afianzar la autoestima y confiar en el propio criterio, así como trabajar la auto-solidaridad. El objetivo es claro: ir hacia unas condiciones laborales que deseáramos firmar. Cobrar un precio alineado con unas condiciones de trabajo dignas, transitando si es necesario hacia sectores mejor valorados, y dando relevancia a la propia experiencia laboral, académica y vital.
Para ir en pos de estos tres asuntos clave es preciso tomar conciencia y apoyarse en la red. Vernos acompañadas de otras aventureras puede reforzar y alimentar la fuerza interior. Celebrar juntas lo logrado, compartir incertidumbres y certezas nos hace crecer, a nosotras y a nuestros negocios.
Y también es necesario echar mano del atrevimiento, de la fuerza y de la conexión. Atrevimiento para llamar, salir a vender, escuchar a la clientela para proponerle cosas nuevas. Fuerza para moverte hacia tu propio modelo de éxito. Y conexión contigo misma, para que las intuiciones y los saberes profundos emerjan.
Miren Lauzirika
Presidenta de EmakumeEkin, Asociación vasca de mujeres emprendedoras