Igualdad, diversidad, inclusión, son conceptos cada vez más presentes en nuestra sociedad. Compartimos el mundo con personas distintas a nosotros, con otras perspectivas, ideas, capacidades y talentos, con maneras diferentes de afrontar los desafíos y de resolver los problemas. Esa diversidad, lejos de representar un obstáculo, contribuye a enriquecer y hacer más fuerte nuestra sociedad. Y también encierra un enorme potencial en términos de desarrollo económico e innovación.

El sector empresarial, y hablo de manera especial de la minería, tiene ante sí el desafío de incorporar plenamente la igualdad y la diversidad en sus equipos de trabajo, donde la presencia femenina es todavía muy minoritaria. No se trata solo de una simple cuestión de justicia social, de responder a la realidad de que las mujeres representan la mitad de la población. La incorporación de más mujeres, y sobre todo en puestos de responsabilidad, es también una decisión empresarial inteligente.

La diversidad favorece entornos de trabajo más creativos, abiertos, motivados y flexibles. Permite encontrar enfoques y soluciones nuevas. Genera nuevas formas de liderazgo. Son los mejores cimientos para construir organizaciones innovadoras, eficientes y productivas, capaces de anticiparse a un mundo en permanente cambio.

Cobre Las Cruces se convirtió, hace ahora un año, en la primera empresa minera española en aprobar un Plan de Igualdad. Un documento ambicioso pero realista que parte de un hecho: en nuestra organización las mujeres representan el 20% de la plantilla. Es cierto que este porcentaje supera ampliamente la media del sector, pero no podemos ni mucho menos sentirnos satisfechos.

El Plan incorpora más de 50 medidas concretas enfocadas a garantizar la igualdad de oportunidades, potenciar la contratación y promoción interna de mujeres, así como favorecer la conciliación de la vida personal, familiar y laboral de todo el personal.

En estos doce meses se han logrado avances sustanciales, con un 60% de las actuaciones ya completadas. En términos de empleo, se ha elevado del 20 al 30% el porcentaje femenino en las nuevas contrataciones, lo que nos indica que vamos en la dirección adecuada, aunque queda mucho por hacer.

Junto a ello, ya están activos una guía de conciliación para padres y madres, un protocolo contra el acoso sexual y otro contra la violencia de género, para el que hemos contado con la colaboración de la Fundación Ana Bella. También se ha desarrollado un amplio programa de formación y sensibilización entre el personal y también en los municipios vecinos.

Pensar que la minería es un trabajo de hombres se asienta en ideas trasnochadas sobre el sector. En la actualidad, las minas han incorporado ampliamente las nuevas tecnologías, la innovación y los procesos automatizados y, por tanto, ya no se requiere como antiguamente un trabajo físico duro y exigente, sino elevados niveles de formación y deseos de desarrollo continuo.

No obstante, debemos comprender que romper estos estereotipos y avanzar en igualdad en el sector minero no depende solo de las decisiones de las propias empresas. Como sociedad debemos hacer un mayor esfuerzo para animar a más niñas y jóvenes a desarrollar carreras técnicas y científicas. En España, por ejemplo, solo el 17% de las universitarias eligen estudios de ingeniería y arquitectura.

El reto de la igualdad, la diversidad y la inclusión es, por tanto, un desafío de todos y seguramente llevará tiempo. Desde de Cobre Las Cruces, nuestro compromiso es continuar dando pasos adelante para hacerlo posible.

Pedro Soler

Director general de Cobre Las Cruces