Siempre que acaba un año, nos proponemos nuevos retos y metas. Es habitual plantearnos nuestras mejores intenciones, cuando llega el 31 de diciembre, para el siguiente curso.

Pero este curso, el del 2020, nos ha roto todos los esquemas, porque la COVID-19 ha sido una variable no prevista, cuyos efectos y consecuencias en nuestra vida de diario, infancia, educación, corresponsabilidad, ciudadanía, empresa, economía, salud, entre otras, no teníamos previstas, calculadas, ni controladas.

Hemos vuelto a caer en nuestros propios errores, vigente el confinamiento, la idea popular ha sido; “hemos aprendido, me he replanteado mis metas y objetivos, he aprovechado para revisar mi plan de vida, de empresa”, pero nada más lejos de la realidad, una vez que termino el confinamiento y vigente la variable impredecible de la COVID-19, seguimos como pollos sin cabeza.

Y es justo ahora, cuando debemos aplicar la lección aprendida, para que todos juntos como Sociedad, propiciemos los cambios que necesitamos para que esta crezca, evolucione hacia el pleno estado de bienestar, una Sociedad evolucionada en la que no exista brecha de género, y los derechos fundamentales de la ciudadanía queden garantizados.

Es el momento de que cobre protagonismo el ejercicio real de la corresponsabilidad evitando retroceder a la línea de salida. Es ahora o nunca, el momento en el que ambos géneros han de ejercer convencidos un derecho que se llama corresponsabilidad, el hoy por ti mañana por mí, frente a las obligaciones laborales y cuidado de los hijos y dependientes. Si no, volvemos a la casilla de salida de la que tanto nos costó salir, pues según las estadísticas en pleno mes de septiembre del 2020 aumentan las estadísticas de regreso a los hogares de las mujeres para el cuidado de los hijos y dependientes, ante la falta de corresponsabilidad en sus hogares e incertidumbre de la situación.  Sin embargo, es destacable, que en el campo empresarial, la mujer emprendedora o empresaria sigue al frente de su empresa, y ello seguramente, porque una gran parte del ecosistema emprendedor femenino ya se generó durante la crisis del 2008, y son muy conscientes de lo que cuesta empezar, consolidarse, cerrar, regresar al hogar y volver a empezar.

Se ha demostrado que el teletrabajo bien instrumentalizado y en aquellos casos que es viable, favorece tanto al trabajador como a la empresa, destacando que el teletrabajo ya existía antes de la COVID-19, siendo una tendencia al alza hasta finales del 2019. Vamos que no es una moda actual, sino un avance empresarial que buscaba la optimización de los recursos en beneficio de todas las partes. No obstante, es cierto que la pandemia ha desbordado el concepto de teletrabajo y que se necesita una regulación equitativa, tanto para el trabajador como para la empresa. Lamentablemente estamos en septiembre y seguimos pendientes de un anteproyecto que no termina de salir y que urge al mercado laboral.

Nos enfrentamos al mayor reto de la Sociedad del siglo XXI, la viabilidad de las empresas, la generación de riqueza y empleo y preservación del Estado de Bienestar. Sin empresas no hay trabajo, y sin trabajo la economía del País se hunde y nos aboca a la precariedad. No olvidemos que solo de enero a junio se han perdido más de 620.000 trabajos y han cerrado más de 15.000 empresas, y esto no ha hecho más que empezar, ante la falta de políticas que apoyen la viabilidad de la empresa en tiempos de crisis y garanticen en consecuencia el trabajo.

Todavía estamos a tiempo, de aplicar lo aprendido, de cumplir los nuevos retos y aprovechar esta crisis sanitaria, social y económica sin precedentes para mejorar la Sociedad Española, y consolidar nuestras bases para un mejor futuro.

Comencemos este nuevo curso, con empatía, solidaridad, consenso, y mucho trabajo, para generar cambios que hagan crecer nuestra Sociedad y que de esta crisis salga reforzada, evitando volver a la casilla de salida.

Eva Serrano Clavero

Presidenta Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid ASEME

Vicepresidenta de CEIM

Vicepresidenta primera de Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Madrid