La semana pasada nos despertábamos con la noticia de que RTVE retiraba su candidatura por competir por los derechos de emisión de la Supercopa de España de Fútbol que este año disputaran Barcelona, Valencia, Atlético de Madrid y Real Madrid. La competición, que tendrá lugar entre el 8 y el 12 de enero, se disputará en Arabia Saudí tal y como anunció el pasado 11 de noviembre la Federación Española de Fútbol (RFEF). Y la cadena pública rechazaba entrar en la pugna por su emisión por celebrarse en un país que no respeta los derechos humanos y en el que la situación de la mujer se encuentra en clara desventaja respecto al género masculino. “Es una decisión soberana de la dirección de RTVE, una cuestión de coherencia», señalaron desde la cadena, que subrayó que no tenían la intención de participar en una “especie de blanqueamiento del régimen saudí”. Igualmente, desde el grupo recordaron que es una decisión basada en la coherencia teniendo en cuenta que RTVE apuesta, además, por el deporte femenino.

Previamente al anuncio de RTVE, y tras darse a conocer que la competición se celebraría en la ciudad saudí de Yeda, diversas organizaciones como Amnistía Internacional denunciaron la decisión de celebrarlo en el país saudí. Además, en las redes sociales se disparó un intenso debate y se registraron múltiples críticas. Y, mientras, la RFEF se “justificaba” indicando que las mujeres podrían entrar a los estadios sin ningún tipo de restricciones en dicha competición.

Según el Índice Global de Brecha de Género de 2018, publicado en diciembre del pasado año, la brecha de género registrada en Arabia Saudí era superior al 90% situándose en el puesto 141 del total de 149 países analizados en el estudio. Además, hasta 2018, las mujeres saudíes no participaban en ninguna competición deportiva oficial y estaba prohibida su entrada a los estadios. Actualmente, solo se les permite acceder a los estadios de tres ciudades: Riad, Yeda y Dammam.

Se habla del reciente aperturismo de Arabia Saudí y sí, en 2016, el gobierno saudí nombró a la princesa Reema bin Bandar como promotora del deporte femenino y permitió la participación olímpica de algunas deportistas fuera del país. Además, cuatro años antes, en 2012, el país levantó el veto a que las más pequeñas participasen en las clases de educación física en los centros escolares. Pero, aun así, las sauditas siguen enfrentándose a numerosas prohibiciones y abusos que atentan contra sus derechos como persona.

Basta recordar que hasta 2018 era el único país del mundo en el que una mujer no podía conducir y necesitaba contar con un conductor privado o un familiar varón que les ayudara en sus desplazamientos. Además, el país cuenta con un sistema de tutela que obliga a las mujeres a solicitar la autorización de un miembro masculino de su familia para realizar numerosas gestiones de la vida cotidiana, entre ellas, obtener el pasaporte o las tarjetas de identificación, casarse o acudir a cualquier tipo de operación médica. Y en materia económica, judicial y social, también se enfrentan a numerosas restricciones.

De este modo, me uno a aquellos que tachan de equivocada la decisión de celebrar la Supercopa de España en este país ultraconservador. El plazo para presentarse al concurso para la contratación de los derechos de retransmisión audiovisual expira el 28 de noviembre. Ojalá otros medios y grupo informativos sigan la línea de RTVE.

María Cano Rico