Nuestra Asociación de Amistad Hispano Francesa Mujeres Avenir decidió convocar su primer acto del año 2020 para tratar un asunto de gran importancia, no solo jurídica, sino de gran importancia social, a saber: “La justicia y las mujeres: Juzgar con perspectiva de género”.

Porque es un asunto novedoso en el mundo de la propia judicatura, que ha provocado y sigue provocando el que las diferentes salas del Tribunal Supremo hayan tenido que dictar sentencias en las cuales se va dejando más o menos aclarado qué es eso de “juzgar con perspectiva de género”.

Por otra parte, en el plano social, o en el plano de la opinión pública, este asunto de “juzgar con perspectiva de género”, sin duda, ya ha provocado -y lo seguirá provocando- enconados debates e incluso interpretaciones a veces descabelladas.

Para ello contamos con tres expertas juristas: Lourdes Arastey Sahún, magistrada de la Sala Cuarta -de lo Social- del Tribunal Supremo; Gloria Rodríguez Barroso, magistrada y miembro de la Asociación de Juezas, y Carmen Delgado Echevarría, magistrada y miembro de la Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial.

Las tres aportaron en ese acto sus ideas y experiencias sobre la forma en que se ha de aplicar la “perspectiva de género” a la hora de juzgar, teniendo en cuenta que, aunque lo esencial de la labor de juzgar es impartir justicia y seguir estrictamente el contenido de las normas jurídicas que rigen nuestra sociedad, no se puede obviar el hecho cierto de que también las resoluciones judiciales -por su contenido y su proyección social- pueden llegar a convertirse en instrumentos que transforman nuestra sociedad, aportando aquellos principios éticos democráticos e igualitarios que están difusamente establecidos en nuestra Constitución.

En cuanto al tema de fondo, la magistrada del Tribunal Supremo, Lourdes Arastey Sahún, destacó que “la aplicación de la ley desde una perspectiva de género no tiene como objetivo favorecer a las mujeres”, como a veces se piensa, haciendo una interpretación simplista de dicho concepto; y, de hecho, hizo mención a la obligación que tienen todos los jueces -sean hombres o mujeres, y cualquiera que sea su sensibilidad sobre este tema- de aplicar la “perspectiva de género” en la resolución de los conflictos jurídicos donde se planteen demandas que afecten a la igualdad de derechos, porque así lo obliga la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.

Por tanto, no se trata de que la aplicación o no aplicación de la “perspectiva de género” suponga para los jueces una especie de alternativa, sino que se trata de una autentica obligación legal que, por otra parte, tiene un “carácter transversal”; es decir, que debe aplicarse obligatoriamente a todas las posibles situaciones en que se formulen demandas en las que la discriminación por razón de sexo sea, tanto directamente como indirectamente, objeto de denuncia.

Por su parte, Gloria Rodríguez Barroso, de la Asociación de Juezas de España, señaló que “los jueces deben recibir la información apropiada para detectar si existe, en los conflictos en los que están llamados a intervenir, un disfuncionamiento asociado a la condición de género. Ya que lo peor sería perpetuar los estereotipos”.

Lógicamente, también se trató el lugar que la mujer ocupa en la Administración de Justicia, en sus órganos de gobierno, destacándose que la toma de conciencia de la reorganización de la Justicia implica también aplicar, de manera efectiva, una igualdad de género real; es decir, también en la Administración de Justicia subsisten el denominado techo de cristal y la ya comprobada brecha salarial, aspectos que destacó Carmen Delgado, aportando el dato de que “un 70 % de mujeres se ha integrado en los últimos años en las profesiones de la Justicia, frente a únicamente un 30 % de hombres”, pero que, sin embargo, se convierten en una excepción en el seno de los órganos colectivos -los tribunales provinciales o autonómicos, o incluso en el Tribunal Supremo- donde las retribuciones son las más altas. Además, son prácticamente invisibles en el nivel de las presidencias, donde también los salarios son más importantes.

María Luisa de Contes

Presidenta de la Asociación de Amistad hispano-francesa Mujeres Avenir