Fui madre a los 37 años y volvería a serlo. Creo que las mujeres que lo deseen no deberían perderse esta experiencia vital si lo hacen pensando en su carrera profesional. La maternidad es algo que, en pleno siglo XXI, se puede compatibilizar con el trabajo. No es una tarea fácil, pero tampoco es imposible.

Desde pequeña he tenido claro que quería ser madre. Provengo de una familia numerosa en la que soy la quinta de cinco hijos. Sé lo que es tener hermanos y la importancia de la relación familiar.

_I8A9443Tuve un embarazo muy bueno, me encontraba bien y pude seguir haciendo vida normal, viajando sin problemas y desempeñando mi trabajo como directora comercial de Hays de la misma forma.

En Hays no tuve problema alguno cuando comuniqué mi estado. Es más, me ayudaron en una etapa crucial para mí, en mi baja por maternidad, aunque al principio me costó entenderlo. Mi jefe,Christopher Dottie, director general de Hays en España, me desconectó del sistema informático de la compañía para no recibir correo interno de Hays.

Mi primera reacción no fue positiva. Tuve miedo a lo desconocido y debo reconocer que me tocó un poco el ego. ¿Cómo iba a saber lo que ocurría en el día a día de la empresa durante cinco meses?

“Si tú no sabes desconectar, lo hago yo por ti”, fue la respuesta de Dottie cuando le dije que quería estar conectada al correo corporativo. Así que decidí tomarlo como una oportunidad: aproveché la baja para centrarme, relajarme y dedicarme a mi hija, a la familia, a mí y a la casa. Era la primera vez en mi vida profesional que hacía una parada.

¿Cuál es la moraleja? Logré en cinco meses desintoxicarme de mi día a día y volver con ideas nuevas tras la baja. No obstante, como mujer, empatizo con todas las mujeres que les da respeto y hasta cierto miedo esta parada. Tenemos miedo a lo desconocido, y sabemos que la empresa debe seguir su camino mientras tú estás fuera. De la misma forma, debo afirmar con rotundidad que la clave está en tener seguridad en el trabajo que aportas y en tus capacidades.

Me gustaría hacer hincapié en que desconectar y oxigenarse durante la baja es muy positivo. Soy consciente que yo tuve mucha suerte porque pude tener una baja muy buena tanto a nivel logístico como en términos vitales: podía dormir, comer… cosas que a muchas madres se les hace imposible porque su bebé no para de llorar.

Creo que, en un futuro inmediato, podremos tener la oportunidad de hacer estas “paradas voluntarias” para hacer cosas varias como reciclarnos en cuanto a conocimientos, idiomas, etc. y las empresas estarán preparadas para gestionarlas porque se darán cuenta de que, al fin, repercutirá en sus beneficios. Ya sé que contar esto a día de hoy parece ciencia ficción, pero será una realidad en el futuro.

Mi experiencia propia y la que he vivido con los profesionales de mis equipos que han vuelto de sus bajas maternales es una mejora clara en la priorización y en la gestión del tiempo.

Ser madre no ha cambiado mi posición laboral, al contrario, tuve una promoción dos años después de que naciera mi hija.

No obstante, cada familia es un mundo y cada caso una situación totalmente distinta. Por este motivo, creo que hay que ser coherente con la situación de cada uno. En mi caso, decidí no reducir la jornada puesto que quería mantene_I8A9401r mi puesto, y éste implica viajes, asistencia a eventos etc.

Hoy en día, con los medios tecnológicos existentes te puedes conectar y trabajar desde cualquier sitio. Yo creo mucho en la flexibilidad y en el trabajo por delegación y confianza.

La sociedad está cambiando muy rápidamente el cliché, y puedes ver a muchos padres llevando a sus hijos al colegio, al médico o cogiéndose ellos la reducción de jornada. La conciliación es un tema de la pareja, no sólo de la mujer.

Durante mi baja maternal estuve pensando cómo quería que fuese la vuelta a mi puesto, y decidí coger un coach como parte de mi proceso de transformación personal. Supuso una gran experiencia, tras la que recomiendo a las empresas que tengan previsto un programa para ayudar a los profesionales (que lo deseen) a volver de una baja de maternidad y pensar cómo quiere que sea su siguiente año en la compañía o su vuelta durante un tiempo determinado.

Entiendo que no todas las empresas por tamaño y recursos pueden tener este tipo de programas, pero si al menos las grandes empresas tuviesen una “acogida organizada” tras este periodo, observaríamos que en el desarrollo profesional no sólo existen carreras verticales, es decir ir subiendo de categoría y responsabilidad; sino que otra forma de acumular experiencia profesional son las carreras transversales, como un cambio de departamento o función.

Hay muchas mujeres que a la vuelta de sus maternidades no pueden viajar o realizar jornadas completas porque su situación personal no se lo permite y, en este caso, las empresas también tienen que estar preparadas para saber acoger en el lugar más útil y beneficioso para ambas partes a este talento.

Si las bajas maternales estuviesen normalizadas en todas las empresas y no afectasen al desarrollo profesional, tanto empresa como trabajador podrían hablar con confianza del siguiente periodo, estableciendo reglas claras y beneficiosas para las dos partes.

Noelia De Lucas

Directora comercial de Hays