Imagínese tener en su armario una levita y un sombrero, dos prendas indispensables del vestuario masculino en el siglo XIX. Dos prendas que piensa ponerse hoy para asistir a su clase de Derecho. Vestida como un hombre, se sienta en una mesa entre un bullicio de voces masculinas. Escucha uno tras otro a sus profesores, todos hombres. Junto a la levita y el sombrero guarda también un nombre masculino. Lo toma prestado de su hijo de diez años para firmar un ensayo que acaba siendo premiado por la Academia de Ciencias Morales y Políticas, que nunca antes había reconocido el trabajo de una mujer.

Escritora1Son dos retazos de la historia de Concepción Arenal, escritora y defensora de los derechos de las mujeres. La misma que escribía en ‘La educación de la mujer’: «Es un error grave y de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre. Lo primero que necesita la mujer es persuadirse de que, soltera, casada o viuda, tiene derechos que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depende de nadie«.

Arenal no fue la única que tuvo que ocultar su sexo para cumplir sus deseos. Bajo el pseudónimo de Victor Catalá escribía Caterina Albert. Fernán Caballero era en realidad Cecilia Böhl. Hay muchas más, pero estos tres nombres tienen en común el formar parte de la selección de treinta y una autoras que escuchamos el 17 de octubre en la Biblioteca Nacional de España con una gran acogida.

Celebrábamos el primer Día de las Escritoras, una iniciativa que ha salido adelante gracias al trabajo en equipo de FEDEPE, la BNE y la Asociación Clásicas y Modernas, y que nace con vocación de convertirse en una cita anual de referencia. Porque en este año en el que conmemoramos el XXV Aniversario de los Premios FEDEPE, tenemos más ganas que nunca de rendir homenaje al talento femenino en toda su diversidad. Nuestros premios FEDEPE reconocen desde hace 25 ediciones el talento de empresarias, directivas, comunicadoras, artistas, investigadoras, deportistas… Y eso es también, para FEDEPE, el Día de las Escritoras: una oda a la excelencia de mujeres que fueron visionarias y que forman parte de la Historia de la Literatura gracias a la fuerza de su trabajo. Hemos visibilizado el talento femenino desde que, a finales de los ochenta, un grupo de mujeres pusiera en marcha la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias. Lo hemos hecho en estos casi treinta años con más de 3.500 actividades, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Nos hace ilusión, además, que una treintena de bibliotecas e instituciones hayan hecho suyo este Día de las Escritoras, a este y el otro lado del charco. La editatona del día 15 de octubre, actividad enmarcada en el Día de las Escritoras, tuvo también una «hermana» en Tenerife para ampliar las referencias de mujeres escritoras en Wikipedia. Esta cogida demuestra algo que va más allá de la literatura y que tiene un tinte transformador. Me atrevo a decir que somos muchas las personas que queremos tener una narración más diversa que la que nos dan los discursos dominantes. Porque las mujeres contamos. Llevamos siglos contando: en el Día de las Escritoras hicimos un recorrido por voces de entre el siglo XVI y el XX, y charlamos con las del XXI.

En FEDEPE llevamos también treinta años contando: contamos aún pocas mujeres en puestos de responsabilidad. Contamos una mayoría de mujeres en carreras universitarias, que además firman los mejores expedientes académicos. Seguimos contando, desafortunadamente, una brecha salarial que no termina de cerrarse. Sí, las mujeres contamos, y con nuestro relato movemos el mundo. Nuestro talento es imprescindible en una sociedad que quiera ser más diversa, justa y sostenible. Nuestras voces son clave y, por eso, queremos rendir homenaje cada año a las mujeres escritoras. Para celebrar. Para seguir contándonos y moviendo el mundo.

Ana Bujaldón Solana
Presidenta de FEDEPE