Josefina Castellví, pionera de la investigación antártica y primera mujer que dirigió la Base Antártica Española Juan Carlos I; Teresa de Pedro, experta en robótica y precursora de los programas de Inteligencia Artificial; María Ángeles Durán, experta mundial en el estudio del trabajo no remunerado, como es el dedicado a la familia y el hogar; Margarita Salas, precursora de la biología molecular y autora de la patente más rentable del CSIC; Laura Iglesias, experta en observaciones de espectroscopía para estudiar el movimiento de las estrellas; Tarsy Carballas, experta en el estudio de los suelos húmedos; Elvira Gangutia,  pionera en el estudio de la filología griega y en la dirección del Diccionario Griego-Español; Gabriela Morreale (1930-2017), bioquímica que desarrolló el método conocido como la prueba del talón, que previene el retraso mental infantil o Dolores Cabezudo, química analítica especializada en el estudio de los alimentos.

Estos nombres propios son solo algunos de las dos centenares de científicas que han sido homenajeadas en un acto dedicado a las investigadoras pioneras del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). “Un acto para poner nombre, apellidos y cara a la labor que habéis realizado, y para mostrar que la ciencia española ha crecido gracias a la colaboración de sus científicas”, reconocía la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez.

El organismo venía arrastrando desde casi su creación un problema de baja presencia de las mujeres en las tareas científicas de la Institución, lo que hizo que la Junta de Gobierno aprobara en 2002 la Comisión de Mujeres y Ciencia con dos objetivos especialmente relevantes: estudiar las posibles causas que dificultan tanto el ingreso como la carrera de las mujeres y proponer a la presidencia posibles acciones destinadas a conseguir la igualdad entre mujeres y hombres en el CSIC.

Un avance importante para su compromiso quedó reflejado a principios de este año, cuando se creó el Observatorio ‘Mujeres, Ciencia e Innovación’ para la Igualdad de Género (OMCI) con el objetivo de analizar la situación de las mujeres en el ámbito de la investigación y la innovación, fomentar la realización de políticas públicas y actuaciones de igualdad de género, y promover la mejora de la situación de las mujeres en el sistema español de ciencia, tecnología e innovación.

Sin embargo, los datos aún se tienen que mejorar. Solo el 41% de los científicos e ingenieros de los países de la UE son mujeres. Y en España, las mujeres representan el 44%.

Mientras, el índice del techo de cristal en la ciencia en Europa, que mide la proporción entre hombres y mujeres en puestos directivos, se sitúa en un 1,64 (1 es igualdad total y cuanto mayor es el número mayor desigualdad refleja) e instituciones como el CSIC mantienen una situación más igualitaria (1,37), pero aún queda mucho camino y este homenaje, más que merecido, es una buena forma de impulsar su recorrido.

Inma Sánchez