387 inmigrantes en nueve pateras rescatados este jueves en el Mar de Alborán. Detenidos en Ceuta los cabecillas de una red que introducía a inmigrantes en narcolanchas. Dos de cada tres inmigrantes que entran a la UE ya lo hacen a través de España…

Estos son solo ejemplos de algunos de los titulares que vemos cada día respecto a la inmigración. Por desgracia, hoy día parece que solo vemos la cara mala de este fenómeno. E incluso organismos como la OMS tienen que salir en su defensa recordando que, aunque representan solo el 10% de la población total de la región europea, en algunos países, los ciudadanos estiman que hay tres o cuatro veces más inmigrantes de los que realmente hay.

¿Qué pasa con la cara buena de la inmigración? ¿Con lo que aporta? ¿Con lo que beneficia a la sociedad a la que llegan? ¿Dónde queda eso? Un estudio publicado en 2011, Inmigración y Estado de bienestar en España, de la Obra Social de La Caixa, apuntaba que los inmigrantes asentados en España aportaban más al Estado del bienestar de lo que recibían y explicaba, por ejemplo, que menos del 1% de los beneficiarios de pensiones en España son extranjeros, y más de la mitad de estos son ciudadanos comunitarios. O que el 50% del superávit de las finanzas públicas en los años de mayor crecimiento correspondió a impuestos y contribuciones sociales aportados por la inmigración. Y como dato más reciente, el informe ‘Estimaciones mundiales sobre los trabajadores migrantes internacionales’ de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que destaca que 164 millones de personas son trabajadores migrantes.

Por eso, quería poner de relieve en estas líneas la primera convocatoria de los Premios al Emprendedor Inmigrante puesto en marcha por Moneytrans con el objetivo de dar visibilidad y reconocer la contribución de los emprendedores inmigrantes al desarrollo de nuestra sociedad.

Los premios se dividen en cinco categorías: Premio al emprendedor del año (evalúa el crecimiento de negocio (volumen de ingresos, número de empleados, etc.), la historia del candidato y la actividad de la empresa), Premio a la mujer emprendedora (evalúa la originalidad, así como la generación de empleo e incremento de la actividad económica de proyectos desarrollados por mujeres), Premio al joven emprendedor (valora la madurez, la proactividad, la inventiva y la determinación con que un joven fundador inmigrante (menor de 35 años) proyecta y afronta el futuro), Premio al emprendimiento social (destinado a aquellos emprendedores inmigrantes que hayan producido un cambio social significativo y que diseñen planes de escalabilidad viables, efectivos y sostenibles) y Premio a la mejor idea emprendedora (evalúa la creatividad y capacidad de innovar, valorando al migrante que tiene un proyecto de emprendimiento).

Las candidaturas están abiertas hasta el próximo 18 de febrero y pueden participar todos aquellos inmigrantes que tengan nacionalidad extranjera, sean mayores de edad y tengan domicilio, residencia y permiso de trabajo en España; sean socios con un 25% de participación en una empresa constituida antes del 31/12/2018 como persona jurídica con ánimo de lucro y tengan domicilio fiscal en España; sean miembro de la junta directiva de una organización sin ánimo de lucro con domicilio social y fiscal en España; estén dados de alta como trabajador autónomo en España, o estén en proceso de creación de empresa.

Y es que los emprendedores y sus ideas miden su valor por su aportación, no por su género, su edad… ni mucho menos su origen.

Inma Sánchez

Periodista