La gestión de la incertidumbre se ha convertido en una de las habilidades blandas más buscada y cotizadas, tanto si administramos nuestra propia empresa, como si trabajamos por cuenta ajena. Porque no podemos prever todo aquello que nos puede pasar ni en los negocios ni en la vida, por eso es tan importante aprender a gestionarla.

En este entorno volátil, ambiguo y cambiante en el que nos estamos moviendo y donde todo va tan rápido, aprender a gestionar la incertidumbre es muy importante para mantener nuestra estabilidad emocional y dar lo mejor de nosotras en nuestro trabajo. Nos ayuda a manejar mejor las negociaciones de presupuestos, gestionar un equipo, manejo del crecimiento dentro de una organización o el crecimiento de nuestras propias empresas.

Lo primero que tenemos que hacer para aprender a gestionar la incertidumbre es reconocer e identificar cómo nos comportamos frente a ella.

La gestión de la incertidumbre es una las de las soft skills (habilidades blandas) que ahora mismo están más valoradas por las empresas. Siempre está y estará presente en nuestros negocios. Un día tienes muchos clientes, pero mañana no sabemos. Y eso hay que aprender a administrarlo.

“La gestión de la incertidumbre es nuestra mirada sobre lo que existe y lo ausente”.

Si tenemos una buena gestión de la incertidumbre nos lanzamos, innovamos, vamos a por lo que no conocemos pero que nos encantaría tener. Pero si no sabemos convivir con la incertidumbre nos estresamos, vivimos con miedo, nos montamos películas que luego muchas veces ni suceden.

Si vamos a emprender es importante que la controlemos porque la incertidumbre forma parte de la vida de un emprendedor.

Por eso, es básico que aprendas a reconocerla y gestionarla.

Los tres pasos para administrar la incertidumbre son:

  1. Identificar si sabemos gestionar la incertidumbre en nuestro negocio. Para ello, aconsejo empezar por observar las evidencias. Es decir, preguntémonos si estamos preparadas para asumir riesgos y en qué ámbitos.

Si pensamos en distintas situaciones dentro de nuestros negocios o en nuestra vida en general y nos damos cuenta de que nunca, o casi nunca, arriesgamos sin saber seguro el resultado, es que nuestra gestión de la incertidumbre es baja y deberíamos trabajar para hacerla crecer.

Cuánto más nivel de incertidumbre seamos capaz de tolerar, mayores riesgos correremos y, por lo tanto, más preparadas estaremos para encontrar soluciones creativas para los imprevistos que la vida nos traiga.

Lo importante es reconocernos, darnos cuenta y aceptar si tenemos esta habilidad o no para, así, saber si tenemos que trabajarla o no.

  1. Saber en qué ámbito lo queremos desarrollar.

Puede que hayamos reconocido, viendo nuestras evidencias, que tenemos una capacidad para gestionar la incertidumbre para viajar, pero no para emprender nuestro propio negocio o hacerlo crecer. El problema aparece cuando justo esa carencia es la que necesitamos desarrollar.

La buena noticia es que podemos aprender a llevarnos nuestra buena capacidad para gestionar la incertidumbre de un ámbito de nuestra vida a otro.

  1. ¿Cómo lo hago?
  • Siendo conscientes. Lo primero es saber qué recursos necesitamos para conseguir lo que deseamos y de cuáles ya disponemos.

Lo más importante es la confianza en una misma. Para gestionar bien la incertidumbre es vital confiar en los recursos que tenemos para hacer lo que deseamos.

No debemos poner el foco en expectativas que dependen de factores externos.

Seguro que a todas nos suenan frases del tipo “lo haré cuando tenga más ingresos…”, “y si…”, “es que la economía ahora…”, etc.

Pensemos en lo que ya tenemos y en lo que no. Y, después, valoraremos si podemos conseguirlo de forma realista.

  • Planificación.

Se trata de que analicemos, de todas esas posibles situaciones que nos provocan miedo que puedan suceder, cuáles son realmente las que son más realistas y con más posibilidades de que pasen de verdad.

Nos saldrán unas tres o cuatro opciones. Una vez que las tengamos, nuestra mente se enfocará solo en esas tres o cuatro posibles situaciones.

Ahora se trata de que busques soluciones para ellas para cuando llegue el momento, si es que llega.

  • Preparación. Sabiendo las posibles situaciones, es el momento de prepararnos para lo que pueda pasar.

Podemos prepararnos para cuando lleguen esas situaciones y estaremos, así, gestionando nuestra incertidumbre de forma positiva.

Esto nos dará tranquilidad, serenidad y sensación de control de la situación.

Seremos más realistas, nos habremos preparado y aceptaremos los resultados.

A veces es mejor arriesgar que estar luego años pensando que podríamos haber hecho y qué no, pero no siempre estamos preparados para gestionar esta incertidumbre que supone realizar ciertos cambios.

En un negocio de éxito hay detrás inversión de tiempo, de dinero, de preparación y, sobre todo, de aceptación al fallo y a la equivocación.

Porque, si queremos conseguir resultados tenemos que arriesgarnos. Tenemos que aceptar que no siempre vamos a conseguir los resultados que esperamos, pero que es mejor intentarlo que vivir una vida pensando lo bueno que podríamos tener, pero no intentamos por no saber gestionar esta incertidumbre.

Lorena Lichardi

Sobre Lorena Lichardi

Lorena Lichardi es coach ontológica y mentora especializada en Identidad Profesional, fundadora de la escuela activa de transformación, y creadora del primer programa especializado en Coaching de Autoimagen e Identidad Emprendedora. Acompañar a mujeres decididas a emprender a definir su identidad profesional, visual y digital para transformar sus proyectos en negocios.

Su trayectoria en el mundo de la publicidad, distinciones como coach ontológica y vivencias como empresaria dentro del mundo de la imagen le han dado una experiencia enriquecedora y una visión estratégica que le permite acompañar a las personas a modelar una autoimagen e identidad profesional favorable para lo que quieren conseguir.

Puedes encontrar más información sobre ella en su web:

https://lorenalichardi.com/