Hace ya unos cuantos años me di cuenta de que no quería seguir trabajando simplemente para el beneficio de una sola persona: el accionista de las empresas multinacionales en las que trabajaba. Me apetecía sentir que el esfuerzo que hacía iba en beneficio de alguien más, por eso me convertí en socia de la consultora ‘Quiero salvar el mundo haciendo marketing’. Desde hace ocho años trabajamos solamente en proyectos que contribuyen a hacer este mundo un lugar mejor, haciendo lo que sabemos hacer: marketing.

Cada vez más, la sostenibilidad es algo de lo que no podemos escapar. Cada vez tenemos más claro que nuestro bienestar individual va a depender del bienestar de la gente que nos rodea y de que cuidemos el planeta en el que vivimos. Incluso en España, siempre algo rezagados con el tema, nos estamos dando cuenta de la importancia de la sostenibilidad.

QUIERO_SANDRA (1)Existen muchos factores que han influido en esta evolución y que cuestionan el actual modelo de consumo, como por ejemplo:

• La crisis que hemos vivido nos ha ayudado a ver que quizás no necesitábamos tanto.

• Cada vez más los ciudadanos nos damos cuenta de que nuestra calidad de vida y la de nuestros hijos está en juego -nos hemos dado cuenta de que todo esto nos afecta en el día a día-. Por ejemplo, hemos sufrido en Madrid y en Barcelona límites a la circulación de los vehículos debido a que la calidad del aire llegaba a límites peligrosos. Si seguimos así, nuestros hijos sólo podrán salir a la calle con mascarilla.

• El contexto político global como el encuentro de la COP 21 de Paris ha hecho que, no sólo los países, sino también las empresas, se den cuenta de que no hay vuelta atrás y que tienen que tomar la iniciativa.

• El consumidor ha disminuido su confianza en las marcas y les demanda más -especialmente los «millennials»-. Las marcas tienen una oportunidad de legitimar su rol, ese están aquí, qué nos aportan. Y eso pasa por algo más que por vender un buen producto a un precio justo.

Pero en mi día a día me sorprendo al encontrar muchas mujeres activas o receptivas en temas de sostenibilidad, que tienen incorporada la «sostenibilidad» en su chip.

Primero que todo, hay que hablar de las incrSB16BCN FOTO FAMILIAeíbles mujeres de los países en desarrollo. Las mujeres producen el 50% de la producción agraria en Asia y representan casi el 80% de la fuerza agraria en África. Si las mujeres tuvieran el mismo acceso que los hombres a la agricultura, la producción incrementaría entre un 20-30% y eso tendría un potencial de reducción del hambre en el mundo entre un 12 y un 17%, de acuerdo con las Naciones Unidas (‘Food and Agriculture Organization’).

Adicionalmente, la educación y el empoderamiento de la mujer tiene un rol muy significativo en la reducción de la pobreza. Los beneficios de la educación pasan de generación en generación. Las madres que han tenido acceso a educación tienen doble probabilidad de mandar a sus hijos a la escuela frente a las madres, sin educación. Además, de acuerdo con the International Planned Parenthood Federation, como media, una mujer reinvierte hasta el 90% de sus ingresos en su hogar, comparado con el 30-40% de los hombres. Actualmente, el trabajo que hace la mujer en muchos países, pese a ser no remunerado oficialmente, contribuye al PIB hasta en un 50% en algunos países.

SB16BCN TEAMSegundo, día a día me encuentro más habitualmente con mujeres emprendedoras en el mundo de la sostenibilidad -y también con directivas que quieren generar una nueva manera de hacer negocios bajo la sostenibilidad-. Concretamente, me he dado cuenta que muchas de ellas son madres, y creo que eso tiene mucho que ver con el asunto.

Por un lado, la importancia que damos las mujeres a las relaciones personales es, como sabemos, inmensa. Al mismo tiempo, en mi opinión, tenemos una capacidad innata para considerar muchos factores en la balanza. Pensemos en un hombre que va comprar unos vaqueros: se preocupa si le quedan bien (+ o menos) y el precio. Las mujeres nos preocupamos por que nos queden bien, por pensar con que nos los vamos a poner, por el precio por supuesto, también porque talla son, cómo se han de lavar, quién los ha hecho, cómo están cosidos, etc.

En el mundo de la moda, por ejemplo, cada vez nos llegan noticias más a menudo de las condiciones de las personas que están trabajando para que nosotros podamos comprar a según que precios. Las mujeres son sensibles a este tema porque las relaciones nos preocupan

Tradicionalmente y, de modo natural, las mujeres somos más cercanas al munCARTELITOS Y OTRAS_00005do de la alimentación, cuidamos a los nuestros con la comida, y entendemos mejor cómo la comida afecta a quien uno es. La comida es uno de los productos sostenibles que está creciendo de manera más acelerada… ¿por qué? Porque nos damos cuenta de que lo que comemos está afectando a nuestra salud. La salud de los nuestros nos preocupa, y quién esta detrás de la producción de esos alimentos también, sin olvidar el cómo se está realizando esa producción.

Comida, moda… son autopistas de sostenibilidad hacia los ciudadanos, y las mujeres tenemos la sensibilidad y habilidades para apreciar su importancia, desde siempre. Porque inevitablemente cuando una mujer es madre, se convierte en cuidadora. Una cuidadora que sabe hacer bien muchas otras cosas.

Hace poco tuvimos el privilegio de organizar Sustainable Brands Barcelona, donde reunimos a la comunidad internacional de líderes que buscan una nueva manera de hacer negocios bajo la sostenibilidad. Allí tuve el placer de conocer y encontrar de nuevo a mujeres que están luchando, pero desde posiciones de liderazgo, para cambiar el mundo bajo los ejes de sostenibilidad: Teresa Ribera, directora del IDDRI; Maria Mendiluce, directora de Cambio climático y energia del World Business Council for Sustainable Development; Rosalia Arteaga, presidenta del Consejo Asesor de la fundación FIDAL; Anna Maria Rugarli, directora de Sostenibilidad y RSC de VF Corporation, etc.

PHOTOCALL_00038Es difícil encontrar a mujeres todavía en posiciones de liderazgo en este tema, pero creo que el cambio hacia la sostenibilidad lo están empujando más las mujeres, y sólo es cuestión de tiempo que, de manera natural, las mujeres alcancen esas posiciones elevadas.

Creo que, simplemente, es una cuestión natural. Me viene a la cabeza aquella divertida obra de teatro, «Cavernícola», que muchos vimos. Nancho Novo, las cazadoras y las recolectoras. Ser recolectoras está de moda. Las recolectoras van a cambiar el modelo de comprar-usar-tirar. Las recolectoras están educando en nuevos valores. Las recolectoras han entendido que cuidar a los suyos pasan por cuidar a la persona de al lado.

La revolución de las próximas décadas está en manos de la mujer.

Sandra Pina
Socia fundadora de Quiero salvar el mundo haciendo marketing
y directora de Sustainable Brands Barcelona