A finales de noviembre, la futbolista del Olympic de Lyon, Ada Hegerberg, fue elegida como la primera mujer en la historia en lograr el Balón de Oro, un galardón que otorga la revista France Football.

Cuando subió a recoger su premio, el presentador de la ceremonia de entrega, el DJ Martin Solveig, le preguntó en francés si sabía bailar twerking, el famoso perreo, a lo que Hegerberg respondió con un “no” y se limitó a bajar del escenario. Esta pregunta causó un gran revuelo en redes sociales, a pesar de que el DJ trató de pedir disculpas minutos después, y no fueron pocos quienes tildaron la pregunta de sexista.

Yo solo tengo dos preguntas que hacer a Solveig, quien se escudó en que todo había sido una broma. ¿De verdad era necesario preguntarle a Ada si sabía bailar twerking? Y, ¿qué podría aportar su respuesta en el contexto de una ceremonia que celebraba que los éxitos profesionales de Ada la habían convertido en una mujer que ha hecho historia?

Y el problema no es solo eso. El problema es que nadie se fijó en las palabras de Ada: “Es un gran paso para el fútbol femenino. Quiero acabar este discurso pidiendo a las niñas de todo el mundo: por favor, creed en vosotras”. Quedaron eclipsadas por alguien que quería saber cómo bailaba.

Pero no es la primera vez que las mujeres tienen que aguantar preguntas incómodas o fuera de lugar. Pablo Motos, presentador de El Hormiguero, ya ha sido polémica algunas veces por algunas de las cuestiones que realizó a algunas de sus invitadas, como cuando les preguntó a las actrices de ‘Las chicas del cable’ si sabían bailar reggaetón o perrear; o cuando le preguntó a la periodista Mónica Carrillo “¿crees que a los hombres les atraes tú y por eso les gusta leerte?”.

Pero ejemplos hay muchos. Por mencionar algún caso, durante una entrevista a Benedict Cumberbatch y Keira Knightley, en la promoción de Descubriendo Enigma, mientras les maquillan, el entrevistador le apuntó a Knightley que tenía muy mal aspecto, como si “estuviera destrozada”, a lo que la actriz contestó un “que te jodan” y Cumberbatch le dijo “No es muy bonito lo que acabas de decirle a una de las mujeres más bellas del mundo”.

Y de sobra es conocida la campaña #Askhermore, la reivindicación de las actrices de Hollywood de que la prensa les formule preguntas más interesantes, que vayan más allá de la ropa que llevan.

El filósofo Claude Levi-Strauss decía: «El sabio no es el hombre que proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas«. Lo mismo pasa en el periodismo, donde es clave hacer buenas preguntas que consigan ese algo más del entrevistado que haga que una entrevista sea especial. Y son esas preguntas las que necesitan las mujeres, ni más… ni menos.

Inma Sánchez