A propósito de la solidaridad, creo que si fuéramos capaces de comprender lo que se oculta detrás de cada persona, seguramente nos entenderíamos mejor y podríamos ayudarnos a descubrir todo aquello que nos hace falta. Incluso es posible que esta percepción sea la mayor cualidad que distingue a las personas emprendedoras, ya que somos capaces de descubrir oportunidades que otros no ven y construir un proyecto para que muchas personas vivan de él.

Hay mucha gente que desconoce su propio talento, simplemente porque nadie se ha preocupado en ayudarle a descubrirlo, y pienso que de ahí nace la auténtica solidaridad.

No debemos conformarnos en ayudar a otros cubriendo sus necesidades diarias para sobrevivir, pues con eso solo mantenemos cierta expectativa de supervivencia a costa de negarles la autoestima, que es el único motor que le permite a alguien buscarse la vida y sentirse orgulloso de haberlo hecho por sí mismo.

Me encanta la teoría de la médica y socióloga Kate Pickett, que sostiene que la desigualdad entre pobre y ricos perjudica a ambos ya que, como es obvio, los pobres sufren de sus propias miserias. Pero también sostiene que, paradójicamente, los que tienen mucho se estresan y padecen ansiedad porque pueden perderlo y si, además, viven en un país con mucha pobreza, tienen los mismos problemas de salud que los pobres, pues respiran el mismo aire que ellos.

Además, no acaba aquí sus análisis. También deduce que en los países con mayor desigualdad económica  las mujeres son más discriminadas. Estos datos son relevantes y actuales pues los vivimos en nuestro día a día, ya que siguen existiendo muchos agravios en materia laboral, familiar y social, especialmente en los países más desfavorecidos.

Es imposible imaginarse un mundo feliz y justo cuando una gran parte de los hombres y mujeres que viven en él ni siquiera tienen los mínimos para cubrir sus necesidades o incluso deben emigrar para sobrevivir con cierta dignidad.

Creo que la mayor consecuencia de este estudio es absolutamente congruente con las aspiraciones de cualquier programa de formación de management moderno, que no es otro que aquella vieja consiga de Harvard del “win to win”, porque las cosas funcionan cuando todos ganamos algo.

A través de mi experiencia, he podido conocer de primera mano muchos proyectos de expendeduría solidaria y os aseguro que en todos aquellos que funcionan, además de ilusión, se han dedicado muchos esfuerzos para que el beneficio sea mutuo, porque nada enseña más que el reconocimiento de los demás manifestado a través de los logros que va consiguiendo.

Hay un rol femenino que nunca podemos obviar desde una perspectiva familiar, social y económica, y es la educación desarrollada desde la empatía.

Solo ayudamos de verdad cuando simplemente pensamos y nos centramos en el receptor. La auténtica solidaridad no consiste en darles un pañuelo para que sequen sus lágrimas, sino en  acompañarles para que descubran sus propias oportunidades; de esta forma, nosotros solo las llevamos al borde del camino, que cada una debe recorrer por sí misma.

Mª Ángeles Tejada

Directora General  Public Affairs de Randstad 

Presidenta de Honor de Fidem