Islandia es la nación con menor brecha de género del mundo desde hace nueve años según el Informe Global de la Brecha de Género elaborado anualmente por el Foro Económico Mundial. Este estudio, que mide el grado de igualdad en cuatro áreas clave como son la salud, la educación, la economía y la política, muestra cómo el país nórdico encabeza la media mundial por sus programas en materia de empleabilidad, participación en la vida política y administrativa, oportunidades económicas y calidad de sus sistemas educativo y sanitario.

Y un ejemplo de ello lo hemos visto el pasado mes de enero en el que el país nórdico dio la bienvenida al año con la aprobación de una normativa que exige a las compañías privadas y los organismos públicos que tengan en plantilla a al menos 25 trabajadores que demuestren que sus salarios son equitativos sin importar el género, etnia, sexualidad u origen de los trabajadores. Esta medida pionera fue aprobada por el Parlamento islandés a principios de abril de 2017 y ha entrado en vigor el 1 de enero de 2018. De este modo, en caso de no certificar que se ajustan a la nueva política de paridad salarial, tendrán que hacer frente a sanciones económicas.

Este es un ejemplo más, uno de los numerosos ejemplos de estrategia en favor de la igualdad impulsados por el país nórdico, que han permitido que encabece este ranking durante nueve años consecutivos por delante de otros 143 países; y que con una puntuación de 0,878 sobre 1 en 2017 -según el informe-, haya cerrado más del 87% de su brecha general de género, viendo incrementada esta cifra en un 10% desde la primera edición del estudio en 2006.

Y es que no hay que obviar que Islandia fue el primer país del mundo en aprobar una ley de conciliación que no hacía distinción de género a la hora de conceder un permiso o excedencia por nacimiento. Una normativa que permitía que la mujer pudiera volcarse en su vida profesional marcando una tendencia hacia la igualdad en el plano laboral.

En esta línea, Islandia cuenta desde hace años con una amplia oferta de servicios de cuidado infantil a un coste muy reducido. Además, ha ampliado la jornada escolar para adaptarse a los requisitos y horarios de los padres y madres que trabajan. Todo ello, unido a la tendencia cada vez más extendida de la flexibilidad de horarios en el plano laboral y la posibilidad de realizar el trabajo desde casa, ha facilitado la conciliación laboral y familiar.

Además, Islandia se sitúa en primera posición en participación femenina en la vida política con unas tasas de 0,909 en mujeres en el parlamento y 0,667 de mujeres en posiciones ministeriales. De hecho, fue el primer país del mundo en el que una mujer fue elegida Jefa de Estado, Vigdis Finnbogadóttir.

En definitiva, Islandia con 103 mil km² y 332 mil habitantes, es una referencia normativa en materia de igualdad. Un país que obtiene una calificación destacada en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 marcado por la Agenda 2030 y un modelo a seguir en empoderamiento femenino para los demás países, que deberían de hacer un ejercicio de análisis para así reproducir su estrategia económica, política y social.

María Cano Rico