“No sé por qué, pero a las mujeres se nos dan mal las ingenierías”, fue la contestación de una empleada de universidad cuando comentaba el bajo porcentaje de alumnas en carreras técnicas. No era la opinión de alguien mayor, desactualizado o desinformado, no, lo decía una mujer joven y profesional con un trabajo en contacto diario con la realidad universitaria española.

A pesar de que más del 54% de los universitarios matriculados en España son mujeres, solo el 24% de los matriculados en áreas STEM son mujeres, un porcentaje similar al del resto de países de la Comunidad Europea. Obviamente no se trata de que se nos den mejor o peor las ingenierías, se trata de liderazgo y visibilidad. Hay muy pocos referentes femeninos, muy pocas mujeres líderes con visibilidad en un sector donde la mayoría de las empresas están gestionadas por hombres; por ejemplo, Técnicas Reunidas dejó de ser la única empresa del Ibex 35 sin mujeres en el consejo hace solo unos meses. Según el último estudio de WomenCEO, asociación que promueve el acceso de las mujeres a los consejos de administración y comités de dirección de las empresas, Repsol aparece con el porcentaje más bajo de consejeras, seguido muy de cerca por Mediaset y la mencionada Técnicas Reunidas.

Creo que este caso ejemplifica lo que para mí es un freno al liderazgo empresarial femenino: un networking empresarial menos eficiente que el masculino, lo que refuerza el techo de cristal en el acceso de las mujeres a las cúpulas directivas de las empresas. Nuestro networking está más enfocado a lo personal y menos a lo profesional que el de nuestros compañeros varones. Ellos son mejores estableciendo relaciones profesionales de calidad para ir consiguiendo sus objetivos de carrera. Es verdad que disponen de más tiempo porque se ocupan en menor proporción que nosotras de la gestión doméstica y familiar, pero no es menos cierto que valoran y gestionan mejor una herramienta clave del liderazgo empresarial. Así, en empresas como las anteriormente mencionadas, cuando surge una vacante en el consejo o en el comité de dirección, la mayoría de hombres que lo componen proponen candidatos de su networking profesional, que son mayoritariamente hombres también. Además, por supuesto, de los head hunters, que encuentran más fácilmente perfiles masculinos y no van a hacer un esfuerzo adicional para buscar perfiles femeninos, si el fee que van a cobrar es el mismo.

Las mujeres tienen más en cuenta otras facetas de la vida además del trabajo, y tampoco suelen buscar apoyos dentro de la empresa. Muchas creen que basta con trabajar bien y ser eficientes para obtener un ascenso y alcanzar el liderazgo profesional que persiguen.

Cómo planificar y conseguir un networking profesional eficiente y de calidad es el primer módulo del Programa WomenCEO “Mujeres para el liderazgo empresarial”, que impartimos en la Universidad Rey Juan Carlos gracias a la colaboración de La Fundación Banco Sabadell. Una iniciativa de nuestra asociación y pionera en la universidad pública española, para ayudar a estudiantes a punto de graduarse o iniciando su trayectoria profesional, a maximizar su carrera y llegar a lo más alto. En esta segunda edición, que comenzó el pasado 31 de enero en el campus Vicálvaro URJC, la mitad de las alumnas son estudiantes de ingeniería, futuras profesionales con mucho potencial, mucho futuro y mucho talento para llegar a lo más alto y servir de modelo e inspiración a otras mujeres. Visibilizar el talento empresarial femenino es clave para ayudar a impulsarlo; se puede hacer mucho más para conseguirlo desde empresas, head hunters y medios de comunicación, porque lo importante es el talento y éste no tiene género.

María José Álvarez

Socia de WomenCEO, empresaria y profesional de marketing y publicidad

Coordinadora del Programa WomenCEO “Mujeres para el liderazgo empresarial”

Colaboradora honorífica de la Universidad Rey Juan Carlos