Hasta el momento me hecho esta pregunta una cuantas veces y no hay un solo motivo, sino la coincidencia de muchos al mismo tiempo. En primer lugar, tendría que mirar hacia atrás para saber por qué he tomado esta decisión. Llevo treinta y cuatro años trabajando por cuenta ajena y he pasado por diferentes empresas y responsabilidades.

Empecé en la empresa pública como Agente tributario en el Ministerio de Economía y Hacienda, mientras estudiaba Derecho. El hecho de haber estudiado una carrera y trabajar al mismo tiempo define mi carácter profesional y mis ambiciones personales.

Cuando terminé los estudios, el trabajo no me satisfacía y tampoco la perspectiva de ejercer como abogado. Decidí pedir una excedencia y hacer un MBA a través de la CEOE. Y con esa nueva formación descubro mi pasión por el marketing y la comunicación. El master ofrecía seis meses de prácticas gratuitas en una empresa. Estamos a finales de los 80 y empiezo a trabajar en el área de marketing de una empresa americana, Mars Incorporated, en la línea de comida para animales. Siete años maravillosos donde llegué a Iberian Group Brand Manager de comida para animales.

A finales de los noventa, me incorporo a una empresa francesa de yogures con fábrica en Madrid, Yoplait. Aquí no solo asiento mis conocimientos de marketing y trademarketing, sino que tengo la oportunidad de conocer de cerca el mundo de la comunicación a través de la agencia con la que colaborábamos.

A comienzos del siglo XXI, entro a formar parte de una empresa americana que empezaba a instalarse en España, FutureBrand, donde he estado estos últimos 20 años. Aquí no solo descubro mi verdadera pasión, las marcas, sino también su conexión e interrelación con el mundo de la comunicación, al estar integrada en el Grupo McCann, la agencia de publicidad.

Decía Einstein, que “en tiempos de crisis, solo la imaginación puede ser más importante que el conocimiento”. Y tras 34 años trabajando por cuenta ajena, este verano se cruza ante mí una oportunidad única: ser Directora Académica del Instituto de Empresa, una responsabilidad parcial, pero que me hace pensar en mí y mi futuro profesional.

Era el momento de construir algo que fuera para mí y que dependiera solo de mí: ser mi propia jefa.

¿Por qué ahora?

Desde el mes de marzo, he aprendido a trabajar en casa debido a la pandemia, y ¿sabéis qué? Me gusta. Siempre me ha gustado organizarme la vida, tener mi rutina, hacer que las cosas ocurran y no depender de nada ni de nadie. El teletrabajo me ha obligado a ser todavía más exigente: ya que no era solo el trabajo, sino también la vida personal, mi marido, mis hijos y nuestra vida en común y todo al mismo tiempo.

Ha llegado el momento de enfrentarme al emprendimiento con la misma energía que he invertido en mis anteriores retos profesionales. He descubierto que mi capacidad de resiliencia rompía su techo habitual para ser más fuerte y capaz. Ahora, soy yo misma la que decido día a día cómo seguir creciendo.

Para mí, esta pandemia no solo me ha enseñado a trabajar de otra manera, sino también a vivir y sentir de otra manera.

En mi nueva empresa, Sincerely, quiero unir todo lo aprendido como cliente y como agencia creativa, y ofrecer un servicio diferencial en branding, comunicación y marketing. Una compañía formada por expertos en diferentes disciplinas, flexible y abierta a evolucionar, que busca crear proyectos junto a los clientes y trabajar de una forma honesta y auténtica.

Cristina Vicedo

Fundadora de Sincerely, empresa de branding, comunicación y marketing