En 47 años de vida, he acumulado muchos roles: nieta, hija, hermana, amiga, estudiante, empleada, extranjera, mujer, cuñada, atleta, entrenadora, profesora, madre, mentorada, mentora, emprendedora, CEO… Todos estos títulos exigen tiempo y esfuerzo en distinta medida. Y yo, como cualquiera, soy la suma de todas estas facetas y de las responsabilidades que conllevan. Pero no hay ningún momento en nuestras vidas en que todos nuestros roles estén equilibrados. Siempre hay una responsabilidad por encima de las demás, ya que nuestras prioridades cambian según nuestra edad, circunstancias y valores.
¿Por qué digo todo eso? El concepto de “conciliación laboral” parte de la idea que sólo somos trabajadores, y que nuestra vida fuera del trabajo está en conflicto con nuestra vida profesional, lo que ya presupone la conciliación como un problema cuando en realidad no tiene que serlo. Y más allá de solucionarlo con leyes gubernamentales, es algo que debemos resolver a nivel de sociedad. Ha llegado el momento de evolucionar en nuestra forma de pensar, tal y como pasó cuando se decidió que los niños necesitaban estudiar y no trabajar (¡y de eso sólo hace unos 70 años!).
¿Y quién tiene que impulsar esta evolución? Pues los empresarios que dirigen las organizaciones, los empleados que trabajan en ellas y el gobierno, es decir, todos. ¿Y qué debemos hacer? Pues empezar a pensar de forma holística. Debemos crear una cultura empresarial que ofrezca la flexibilidad necesaria para ajustar nuestras vidas a todas nuestras responsabilidades.
Como emprendedora y CEO de Stikets, siempre tuve claro que quería crear una organización “Family friendly”. ¿Por qué? Porque me comprometí en crear una empresa con el mismo estándar de alta calidad que nuestros productos. Quería demostrar que era posible crear una organización que pudiera crecer incluso en tiempo de crisis, rompiendo los esquemas de las empresas tradicionales españolas. Y quería una empresa donde una madre como yo pudiera trabajar y donde, además, como profesional, quisiera trabajar.
En Stikets, la conciliación es una idea transversal, inherente al funcionamiento de la empresa. Eso se traduce en una jornada intensiva de 9 a 5, en flexibilidad en las entradas y salidas, y en vacaciones. Pero la conciliación no es sólo cuestión de horarios. Stikets ofrece oportunidades de teletrabajo y apuesta por medir el trabajo en función de los objetivos y no por horas fichadas. También celebramos fiestas para las familias, para que los niños puedan ver dónde trabajan sus padres. Incluso tenemos una zona en la oficina para los niños.
Los trabajadores necesitan más control para organizar su tiempo y los empresarios debemos tener más empatía en cuestiones personales. Está comprobado que cuando las personas están satisfechas con su vida profesional son mucho más eficientes y productivos y son más leales a la empresa.
Al mismo tiempo, necesitamos un sistema laboral más flexible. Se pueden implementar muchas medidas que funcionan en otros países, pero estamos atados por convenios y leyes anticuadas que no son eficientes. Las organizaciones tienen que poder probar nuevos conceptos laborales sin miedo a repercusiones. También tenemos que crear un sistema basado en la igualdad real y poner fin a la discriminación oculta, pero directa, contra las mujeres.
Esta evolución hacia una forma de pensar más holística ya ha empezado en otras partes del mundo y deseo que no tengamos que esperar 70 años antes que llegue a España.
Stephanie Marko
Fundadora y CEO de Stikets
